La magnitud de la sexta ola, con cifras de contagios diarias nunca vistas y la certidumbre de que van a seguir creciendo, ha hecho que el ministerio y la comunidades autónomas hayan pactado ya renunciar a hacer el rastreo de contactos estrechos por cada positivo, además de aceptar como válidos los test de antígenos de autodiagnóstico en farmacia, protocolo que ya se estaba haciendo en comunidades con niveles de estrés en su Atención Primaria más altos como Madrid y Cataluña y que en la Comunitat Valenciana se había empezado a aplicar “por necesidad” en los centros de salud más colapsados por la avalancha de nuevos positivos, tal como informaba ayer este diario.

Así consta en el documento de consenso que se firmó anoche en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y que adapta la estrategia de detección precoz y control de la covid (actualizado el pasado día 22) al momento de “alta transmisión comunitaria” en el que estamos. Así, según el nuevo protocolo, el Ministerio de Sanidad renuncia a identificar a los contactos estrechos de todos los positivos y solo se hará el rastreo cuando el positivo esté en un ámbito “de alto riesgo” y con personas de mayor vulnerabilidad además de reducir de 10 a 7 días el aislamiento para los positivos que no tengan síntomas o con síntomas leves (decisión anunciada el mismo miércoles por la ministra Carolina Darias).

El positivo avisará a sus contactos

De esta forma, el estudio de contactos que hasta ahora era clave para contener la pandemia se abandona ya que deja de ser útil y se reorientan los recursos para proteger solo a los más vulnerables. De hecho, se deja en manos de los positivos la labor de informar a todas aquellas personas que pueden ser contactos estrechos (con las que se ha interactuado sin mascarilla o en ambientes de riesgo) ya que la administración va a dejar de hacerlo.

Además, el Consejo avala la práctica que ya se estaba haciendo en la Atención Primaria de dar por buenos los test de autodiagnóstico de farmacia y ahorrarse el trámite de confirmar los positivos con una PCR. Según el nuevo protocolo, solo se harán pruebas de confirmación en quien tenga síntomas “más graves o personas vulnerables” y los test de farmacia que se den por “confirmados” se notificarán como tal en el sistema de vigilancia y contarán como nuevo caso positivo. De esta forma, todo aquel que dé positivo en un test de farmacia y tenga síntomas leves, ni va a tener PCR de confirmación ni tampoco un seguimiento “activo” por parte del centro de salud ya que solo se le dirá cómo confinarse, hasta cuándo y qué canales de comunicación tiene por si su situación empeora.

Sin PCR tampoco para los convivientes

Tampoco se va a hacer PCR a los contactos estrechos convivientes (los únicos a los que se les estaba haciendo hasta ahora) si están vacunados y no son “vulnerables”, es decir, mayores o con patologías. Aquí también se van a ahorrar recursos (ante la imposibilidad de llegar a todos) y se van a dejar las pruebas para los contactos estrechos que son personas vulnerables.

De hecho, todas las medidas van encaminadas a reconducir los recursos que hay, trabajadores y material que ya se han mostrado insuficientes para abarcar la sexta ola, a lo más prioritarios: “la protección de aquellos más vulnerables”. Los que empeoran con la infección de covid (ahora los menos gracias a la generalización de las vacunas) y los mayores y vulnerables. En el documento se reconoce que el incremento de la transmisión comunitaria es “acelerado” y que las tasas de incidencia son las “más altas de toda la pandemia” y no parece que vaya a variar en los próximos días. Ahí la clave la da la tasa de incidencia acumulada de casos a siete días: si supera el 50 % de la IA a 14 días, significa que el crecimiento se mantiene para los próximos días.