Decenas de pañuelos ondeaban al aire en la Estación del Norte de València. El primer pensamiento al visualizar esta imagen debería transportarnos a una despedida de tren. A un anhelo de reencuentro próximo. Pero en este caso, los pañuelos simbolizaban una protesta. La que protagonizó ayer la Plataforma «por un tren público, social y sostenible que vertebra el territorio y enfría el planeta» ,que integra a más de 40 organizaciones y que se plantó en la Estación del Norte de València con dos objetivos principales y varias reivindicaciones.

El primer objetivo fue hacer patente el «mal servicio» de Cercanías en València, Alicante y Castelló y exigir que se mejore; y el segundo, que se restituya la línea Utiel-Cuenca cerrada, precisamente, hace un año, el 8 de enero de 2021 con motivo de la borrasca Filomena. «El Cercanías es el mejor medio, es eficiente y ha de ser público, social y digno, sin embargo el servicio es deficiente y demuestra una gestión negligente», decían desde la plataforma.

La de ayer fue la primera concentración de otras que vendrán, avisan: «iremos realizando protestas de manera periódica coincidiendo con las fechas de cierre de línea para mostrar nuestro rechazo al cierre de la línea entre Utiel y Cuenca», apuntaron desde la plataforma. A su juicio, esta línea es un ejemplo más que muestra el peligro que corre el ferrocarril convencional desde hace décadas, «especialmente debido al desvío de inversiones al AVE, modelo de transporte que beneficia a menos del 4 % de las usuarias, dejando así zonas del interior incomunicadas y de lado al Cercanías, que es el que utiliza la mayoría de la gente y está recibiendo inversiones nulas».

«Menos AVE y más regionales»

Había muchas pancartas. «Mentides per a parar un tren», decía una de ellas, que presidía la comitiva acompañada de gritos como «por un ferrocarril, público y social» o «menos AVE y más regionales». Las demás reivindicaciones también cobraron ayer protagonismo y son varias: restablecer el servicio ferroviario anterior a la pandemia, apostar por una rehabilitación exhaustiva y aumentar la calidad del transporte, así como la regularidad y la frecuencia que mire a la intermodalidad. «En Europa hay sitios seguros, vigilados, cubiertos y de larga estancia para bicicletas, queremos que se apoye la intermodalidad aquí también», dice un portavoz. Todo esto, añaden, en sintonía con un plan integral de sustitución de vehículos y contratación del personal necesario.

«Exigimos priorizar las inversiones en ferrocarril convencional y fomentar el transporte cercano frente a las grandes e innecesarias infraestructuras». Algunos portavoces apuntaban ayer a este periódico que hay una «dejadez» total por parte de Renfe y Adif y denunciaban «las cancelaciones, los retrasos y la política nefasta de los últimos años».

«No nos merecemos este trato»

«Los usuarios no se merecen este trato», sentenciaron. Esperan de los representantes públicos que «pongan en valor este transporte que es estratégico para un país, público, seguro, ecológico y económico. Tiene suficientes valores como para ir reduciendo horarios o cerrando líneas». Esta dinámica, añaden, crea «desazón» y tiene como consecuencia «que el Cercanías haya perdido en una década más de 11.000 usuarios, son cifras que un gestor no puede permitir», relataban ayer. «Si alegan que no es rentable demuestran que no se está gestionando bien, quizás quienes no son rentables son esos gestores, es perverso hablar de rentabilidad».

Despoblación rural

Respecto al cierre de la línea Utiel-Cuenca, apuntaron que permite que las personas que la infancia dispongan de un transporte público y autónomo además de que las poblaciones rurales puedan enviar a sus hijos a estudiar en ferrocarril. «Si desaparece, la aceleración del despoblamiento es mayor y eso sí será una tragedia». Por último, los portavoces de la plataforma apuntaron al beneficio del ferrocarril frente a la accidentalidad. «Hay cifras escandalosas de muertes en la carretera, el tren es más seguro». «Volem tren!», reiteraban a coro las voces de ayer mientras ondeaban pañuelos al aire y enumeraban decenas de pueblos valencianos con servicio deficiente.