Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Uno de cada cinco hogares padece pobreza energética

La situación responde al confinamiento y la bajada de los ingresos por la pandemia

Uno de cada cinco hogares valencianos sufre pobreza energética, lo que significa que el 20 % de la población no puede satisfacer sus necesidades básicas de suministros de energía por contar con un nivel de ingresos insuficiente. Una situación que puede ser posiblemente agravada por disponer de una vivienda ineficiente en energía. Así lo indica un informe publicado esta semana por el Ministerio para la Transición Ecológica que mide, a través de cuatro indicadores y siguiendo el esquema de la UE, los niveles de pobreza energética durante el año 2020 en España y sus comunidades autónomas y los compara con las cifras registradas en 2019, antes de la pandemia.

Los ejes que evalúa la Estrategia Nacional de Pobreza Energética para extraer sus conclusiones son la incapacidad de mantener una temperatura adecuada en la vivienda durante el invierno, el retraso en el pago de las facturas, un gasto energético excesivamente bajo que impide un mínimo confort (conocido como «pobreza energética escondida») o un gasto en suministros energéticos que resulta desproporcionado por llevarse gran parte de los ingresos familiares.

Las conclusiones en la Comunitat Valenciana indican que el porcentaje de hogares que tiene un gasto desproporcionado en energía respecto a su renta aumentó durante el año de la pandemia de 16,97 % a 20,52 % y fue la segunda autonomía donde más creció, alcanzando a más de 400.000 hogares. Unas cifras muy alejadas de la media nacional, que se sitúa en 16,8 % y que indica una tendencia continuista en este indicador, ya que en todo el país, según se desprende del informe, el gasto no ha cambiado mucho de un año a otro.

La covid, clave

Las razones por las que ha podido acrecentarse este indicador en la Comunitat tienen que ver, según el documento, con el confinamiento adoptado como respuesta a la incidencia de la pandemia provocada por la covid-19. «Las medidas restrictivas de movimiento han provocado inevitablemente un mayor consumo de los diferentes productos energéticos (y, por tanto, incrementando su gasto), más si cabe teniendo en cuenta que, en la mayor parte de los casos, el volumen de ingresos del hogar se ha reducido debido a la paralización de la actividad económica», dice el Gobierno.

Temperatura en invierno

Como segundo indicador, el informe destaca la incapacidad para mantener una temperatura adecuada durante el invierno, algo que también ha aumentado de 2019 a 2020 en la autonomía. Así, según se extrae del propio documento, casi el 14 % de los hogares valencianos (concretamente el 13, 6 %) no tiene capacidad para satisfacer esta necesidad. Un porcentaje que se aleja cuatro puntos de la media nacional.

Respecto a la imposibilidad de hacer frente a los pagos y el consecuente retraso en el abono de las facturas, la Comunitat sigue estando por encima de la cifra estatal aunque muy alejada de la autonomía que más porcentaje registra. Así, un 11,8 % de los valencianos tienen problemas en la periodicidad de los pagos, la media nacional se sitúa en 9,6 % y Ceuta es la zona donde más dificultades hay, concretamente en el 25,3 % de los hogares.

Por último, el informe nombra un término conocido como la «pobreza escondida», que hace referencia al gasto excesivamente bajo de los suministros eléctricos, a pesar de las bajas temperaturas. «Es el porcentaje de los hogares cuyo gasto energético es inferior a la mitad de la mediana nacional», concreta el informe.

Con todo, el Gobierno también matiza que este indicador «puede estar asociado a hogares que limitan sus necesidades energéticas por debajo de lo que sería deseable para mantener un nivel mínimo de confort, pero también a pautas de comportamiento más eficiente, así como a la disponibilidad de equipamiento con elevados estándares de eficiencia energética».

La calefacción es determinante

«Una vez más, en 2020 se observa una proporción de hogares con pobreza energética escondida mayor entre los hogares sin calefacción que entre los hogares equipados con calefacción», detalla el informe del ministerio. Un factor que se repite, asimismo, en otros indicadores. «Al igual que ocurrió en 2019, el gasto desproporcionado es mayor en los hogares que no están equipados de calefacción frente a los que sí lo están», apunta el documento. Así, pese a que la calefacción es el servicio de mayor peso en el consumo (aproximadamente el 40%), en términos relativos, «el peso asociado a otros gastos energéticos puede ser superior en relación con el consumo asociado a otros usos como el ACS, aparatos eléctricos u otros aparatos», detalla el informe.

Compartir el artículo

stats