«El 90 % de los animales que recogemos abandonados no llevan chip, esto es una dejadez por parte de la Administración, el control es nulo, ya que desde hace 28 años es obligatorio que los animales estén identificados». Así de contundente se muestra Amparo Requena, presidenta de la protectora de animales Modepran y la Asociación de Abogados Valencianos en Defensa Animal y el Medio Ambiente (Avada), en relación a las condiciones en las que acogen en el centro a los animales abandonados. Ahora que las fiestas han quedado atrás, es hora de hacer balance sobre este tipo de actuaciones que desgraciadamente son estacionales y ocurren, sobre todo, tras las vacaciones de verano y las celebraciones navideñas.

Pese a que el número ha descendido respecto a décadas anteriores, «se siguen abandonando muchísimos animales y todavía falta mucha concienciación» y «el fin de la cría sin control, la venta sin control y las adopciones poco responsables», sentencia la experta.

Esta coyuntura se suma, además, a la idea señalada anteriormente: «el 90 % de los animales abandonados no llevan chip, por lo que no es posible identificar a los animales y, por ende, a las personas que lo han abandonado», dice. Y recuerda que dejar en la calle a un animal es «una infracción grave contemplada en la ley que puede acarrear sanciones de entre 600 y 6.000 euros».

«Si todos los animales estuvieran perfectamente identificados, se podría dar con los responsables, sancionar y se evitarían estas adopciones irresponsables», añade Amparo Requena. Por eso, dice estar a favor de la nueva identificación que plantea el Gobierno, el «DNI animal», aunque reitera que solo funcionará «si se cumple y se controla que todos los animales lo tengan, porque sino, de nada sirve hacer buenas normas si la administración no vigila su cumplimiento», apostilla.

Cachorros y de raza pequeña

Pese a que cada año hay cientos de miles de animales abandonados, tal como confirma la experta animalista, sí que hay adopciones y las ha habido en Navidad. Familias que deciden dar una segunda oportunidad a los canes. El problema, que prefieren cachorros y razas pequeñas, lo que cronifica la permanencia de algunos perros en las protectoras.

«Tristemente los adoptantes buscan cachorros y de raza pequeña y es una pena porque hay cientos de animales grandes y miles de animales mayores, que lo han pasado muy mal en la vida y que cuando son adoptados son muy agradecidos, no te van a dar problemas, pero cuesta más darlos en adopción».

Pasa de la misma forma con los animales, en este caso canes, catalogados como «potencialmente peligrosos». «Tienen esa lacra y estigmatización y a la gente le da reparo adoptarlos, lo que provoca que se pasen la vida esperando una oportunidad que nunca llega», lamenta la presidenta de Modepran.

Por eso, anima a las familias a que, en primer lugar, «no compren, adopten» y denuncia que «el comercio de la compra venta, mientras no esté más controlado, esconde, en muchas ocasiones —y matiza que no siempre porque hay criadores decentes —un alto porcentaje de un terrible maltrato animal». Por otra parte, Amparo Requena sentencia que «las protectoras están llenas, hay muchos perros adultos y de mayor tamaño que son igualmente perros, el trabajo es el mismo y las necesidades son las mismas que los pequeños. Van a ser perros que te lo van a dar todo. Lo han pasado mal», dice.

Por último, desde Modepran también denuncian que en las protectoras «habitan muchos perros desechos de caza, la mayoría de ellos son podencos, que son mayores y que tienen algún problema. Esto pone de relieve la importancia de la identificación, no solo por estas especies, sino por la cantidad de animales que se ven en la calle abandonados, algo que se acentúa tras vacaciones».