La ola dentro de la ola que iba a suponer la entrada en juego en la pandemia de la variante ómicron —mucho más contagiosa que las anteriores— en un momento como las Navidades, muy proclive a los encuentros sociales, ya se está dejando notar. La explosión de contagios en enero está pulverizando récords todos los días, tanto que solo en los primeros 12 días de mes se han registrado más positivos que en los tres meses anteriores. Así, y según las cifras oficiales de la Conselleria de Sanidad, del 1 de enero hasta ayer miércoles (día en el que se registraron otros 16.611 casos en 24 horas) se han notificado 135.203 nuevos positivos cuando entre octubre y diciembre de 2021 se sumaron poco más de 130.000.

La gran mayoría de estos nuevos contagios ya se considera que son por ómicron, que ha ido desplazando desde su aparición a la variante delta. Los últimos datos aportados por el Ministerio de Sanidad cifraban en un 61 % la presencia de ómicron frente a delta en las pruebas PCR realizadas en la Comunitat Valenciana en la última semana del año por lo que ahora la nueva variante de Sudáfrica ya debe ser hegemónica a juzgar por el crecimiento exponencial que ha tenido desde su aparición .

Los expertos están esperando ahora a conocer si la sustitución de ómicron por delta como variante mayoritaria en los nuevos casos de covid-19 tendrá o no una traslación directa en los hospitales, en forma de menos casos que necesiten ingreso, ya que se considera que la mayoría de enfermos que están entrando todavía en los hospitales es a causa de delta y no de ómicron.

Por ahora, la presión de pacientes covid en los centros valencianos se mantiene más o menos estable aunque ayer creció en planta. De los 1.384 pacientes ingresados el martes se pasó a 1.427 aunque las altas, en este caso, son bastante dinámicas y por ahora el volumen de ingresos no está suponiendo demasiados problemas en general aunque sí hay centros que ya han tenido que habilitar espacios adicionales.

Donde más preocupa cómo puede afectar esta avalancha de nuevos contagios de enero es en las UCI, un recurso mucho más escaso y más difícil de multiplicar. Ayer la cifra de ingresados en las unidades de críticos bajó de 204 a 200 pacientes pero la Comunitat Valenciana ya ha superado el umbral de riesgo extremo al requerir solo para la covid-19 el 25 % de todas las camas de críticos que hay pero, también, de las que se pueden improvisar si vienen mal dadas, como por ejemplo, en quirófanos.

En hospitales más pequeños y con menos capacidad de reacción ya están derivando pacientes graves a otras UCI como ayer contaba este diario y todo pese a que se han suspendido intervenciones no urgentes.

La situación no es, sin embargo, ni de lejos parecida a la que hubo hace un año aunque las tasas de incidencia del virus se sobrepasen ampliamente. Según el Ministerio de Sanidad, el martes la incidencia del virus era de 2.581 casos por 100.000 habitantes cuando en lo peor de la ola de enero de 2021 el pico al que se llegó fue de 1.459 positivos por 100.000 habitantes. En aquel momento, y sin vacunas, esto supuso tener un máximo de 4.777 personas en los hospitales, 670 de ellos en la UCI.

Un deceso del 31 de diciembre

Tampoco las cifras de fallecidos que está dejando esta sexta ola tienen nada que ver a lo que sucedió el año pasado pero, aún así, se siguen lamentando todos los días muertes por el virus a un ritmo que se ha incrementado en los últimos días. Ayer se notificaron 17 muertes más, una del 31 de diciembre y el resto acaecidas del 9 al 11 de enero. De entre ellas destaca el deceso de un hombre de 52 años y el de una mujer de 47, según la información de la Conselleria de Sanidad.

Brotes en las cárceles

Por otra parte, el sindicato Acaip pidió ayer a la dirección de Instituciones Penitenciarias medidas ante el aumento de casos entre los internos y los trabajadores de las prisiones. Según el sindicato, en estos momentos hay más de 185 internos contagiados (80 en el centro de Picassent) y 600 en cuarentena en las prisiones valencianas, cifra que instituciones rebaja a 177 internos contagiados y 120 trabajadores. Desde Acaip recuerdan que este volumen de bajas en la plantilla supone «reducir el número de funcionarios que prestan servicio en cada uno de los módulos» y con ello un «riesgo» para trabajadores e internos.

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