El sureste peninsular sabe bastante del “beso” geológico Hace un par de días por la noche ocurrió un terremoto de magnitud 2,3 en Salinas, localidad del Vinalopó Mitjà. Afortunadamente no se cobró ninguna vida pero, muchas personas notificaron vía twitter que habían sentido un temblor poco antes de las 22:00 de la noche. Algo bastante normal en la provincia de Alicante ya que el acercamiento constante del continente Africano a Europa perjudica, principalmente al sur y sureste peninsular. El culpable es el “beso" geológico, ahora os cuento más. Como muchos y muchas sabrán, la parte superior de la Tierra se conoce como litosfera y está dividida en piezas muy rígidas y de gran tamaño que flotan y se mueven a través de la astenosfera. Hoy en día, sabemos que la tectónica de placas es indispensable para la vida en la Tierra y a veces, es la culpable de miles de muertes. En nuestra zona, en el Mediterráneo, también ocurren. Y creanme, son más frecuentes de lo que parecen. De hecho si entran en el Instituto Geográfico Nacional se asombrarían de la cantidad de terremotos que han ocurrido en lo que llevamos de año en España y la gran mayoría en el sureste peninsular. Alicante, sin ir más lejos, se ha convertido en una de las provincias españolas más castigas por los terremotos y los seísmos de alta intensidad. Todo el sur de la Península Ibérica, el mar de Alborán y el norte de Marruecos están en una zona sísmica que corresponde al contacto entre la plaza africana y la euroasiática, y aquí entra en juego el conocido como “beso” geológico, donde las placas se juntan. Si la placa africana continuase en movimiento hacia el norte durante 50 millones de años, el resultado sería una gran cadena montañosa a lo largo del sur de la Europa que conocemos ahora. Actualmente los fenómenos geológicos que más aparecen en la prensa de nuestro país son los terremotos. Son más de 5 000 los terremotos que se pueden registrar en España en un año y 15 000 aproximadamente a nivel mundial. Esta cifra, que a simple vista parece alarmante, nos indica que muchos de los terremotos no son de alto riesgo sísmico y que la mayoría de ellos ni llegan a salir en los periódicos. Igualmente, siempre merecen un gran respeto.