La llamada ‘cultura del papel’ sigue instalada en la Generalitat y el tránsito hacia la Administración electrónica se ha atragantado. Así lo ha constatado la Inspección General de Servicios en un reciente informe en el que describe una organización que todavía está lejos de dar el salto a la modernización y a la que pide un plan de choque para eliminar en un año con los trámites presenciales.
El reto es importante habida cuenta de que, a pesar de los avances, la investigación realizada por este órgano de control interno evidencia que la Generalitat no ha entrado en la era digital. La pandemia ya ha complicado de por sí la farragosa relación con las Administraciones, por lo que ahora, el fin del papel no solo tiene por objetivo evitar la desaparición de los bosques sino también ahorrar desplazamientos y por tanto, posibilidad de contagios.
El objetivo de esta actuación es la implantación efectiva de la Administración electrónica «maximizando el uso de algunos de los instrumentos y aplicaciones tecnológicas de las que ya dispone y cuya utilización real, por diversas razones, pueda resultar insuficiente o baja».
El personal inspector, que pretendía una radiografía de toda la Generalitat, acabó centrándose en la «experiencia piloto» de la Conselleria de Justicia (se han analizado también aplicaciones específicas de las sedes judiciales), pero advierte de que muchas de las recomendaciones son «extrapolables» al resto de conselleries. De hecho, sus conclusiones tienen carácter general.
Poco personal y sin formación
Su estudio se centra en varios ámbitos. Sobre la eficiencia de las aplicaciones, se constata que el 62 % tiene un nivel de eficiencia alto al incorporar las notificaciones y el portafirmas electrónico. El restante 38 %, son de eficacia baja, como por ejemplo las que se utilizan en el Instituto Valenciano de Administraciones Públicas.
Ahora bien, la inspección advierte de que contar con herramientas de gestión eficientes no es la panacea ya que «no se está obteniendo el máximo rendimiento de las aplicaciones». Da varias razones: falta de una adecuada formación del personal, escasez de mismo y la elevada rotación». Al bajo rendimiento contribuye la falta de cultura de la organización en la Administración sin papel, por lo que concluye que la eficiencia real es mucho menor que la teórica, ya que la tecnología debería llevar aparejada la mejora de los procesos y servicios que presta la Generalitat. Es decir, existe una infrautilización de las herramientas o no se utiliza todo su potencial
Según su estudio, el 77 % de los trámites analizados disponen de aplicación informática de gestión frente a un 23 % (entre ellos, trámites sobre espectáculos públicos), por lo que la inspección entiende que no se garantiza al cien por cien el derecho de los ciudadanos a relacionarse electrónicamente con la Generalitat. De ahí que se recomienda que se dé prioridad al desarrollo de estas aplicaciones.
Por otro lado, se constata que más de la mitad de los trámites de la conselleria disponen de un inicio telemático y enlace directo con registro departamental, pero el 35 % de estos trámites de eficiencia media pueden presentar problemas de pérdida de información o retrasos en la gestión motivados por el tiempo empleado para que la solicitud se trasladen al órgano gestor. Un diez por ciento solo pueden iniciarse vía presencial.
Entre sus recomendaciones, la inspección de servicios pide un plan con el objetivo de eliminar a corto plazo (máximo un año) los trámites presenciales y los trámites sin integración con registro departamental. Además, se insta a la Generalitat a concienciar a los usuarios de las aplicaciones en la importancia de la cultura de creación del expediente electrónico.
