Mercedes Caballero y Carlos Fernández Bielsa se disputarán la secretaría general del PSPV en la provincia de Valencia en las urnas. Es la noticia de la no-noticia, la consecuencia de que la vía del pacto entre las dos candidaturas ha quedado encallada y que tendrá que ser el voto de la militancia el que determine quién será la persona que dirija la estructura provincial del partido los próximos cuatro años.

Si el lunes, tras el fallecimiento de las dos niñas en la feria de Mislata, se cancelaron todos los actos públicos de la campaña, durante las siguientes 48 horas parecía que la campaña misma estuviera suspendida. La posibilidad de que las sedes permanecieran el domingo con la persiana bajada sin urnas ni recuentos cogió peso durante varias horas entre el martes y el miércoles ante un acuerdo que llevase a Caballero a retirar su candidatura.

La vía del pacto finalmente no ha prosperado y transcurridas las 24 horas de la última propuesta del equipo de la actual secretaria general todos los caminos llevan a que los 10.000 afiliados censados tengan la última palabra. Es más, los tambores de la campaña han vuelto a sonar, aunque a un volumen más bajo que el que replican en estos procesos.

Las dos candidaturas enviaron sendas cartas al conjunto de militantes desgranando los motivos a por los que consideran que deberían recibir su apoyo. Es lo más parecido a un mitin después de las trágicas consecuencias del suceso ocurrido el 4 de enero.

Bielsa insistió en sus líneas a los afiliados, en que su candidatura representa el municipalismo y pide el voto «para cambiar las cosas». Y con un decálogo de medidas a concretar. Caballero ha vuelto a enarbolar la bandera de la militancia como hiciera Pedro Sánchez contra Susana Díaz en 2017. Así, indicó que su candidatura no quiere que «solo unos pocos decidan por la mayoría».

Más allá del género epistolar de último momento, la campaña continúa en un estado de aletargamiento.

A apenas dos días y medio de que se abran las urnas, los mensajes en redes sociales de los dos candidatos brillan por su ausencia, con ninguna mención al proceso orgánico desde hace más de tres días en sus perfiles de Twitter y sin actividad en las etiquetas de sus respectivas candidaturas.

Sin encuentros en los que diferenciar número de seguidores ni mensajes en redes sociales en los que medir la incidencia entre los suyos, aparecen detalles en los que fijarse para tantear la situación. Uno de ellos es el número de apoderados inscritos por cada candidatura, algo en la que, según fuentes oficiales del partido, están en números similares: en torno a los 250, aunque el entorno de Bielsa asegura alcanzar los 300.