Más de veinte municipios próximos a humedales se blindan ante la gripe aviar

La prohibición de Agricultura de criar aves al aire libre por temor a contactos con especies migratorias se extiende por varias autonomías

Más de veinte municipios próximos a humedales se blindan ante la gripe aviar | DANIEL TORTAJADA Y FCCV

Más de veinte municipios próximos a humedales se blindan ante la gripe aviar | DANIEL TORTAJADA Y FCCV / Minerva mínguez calabuig. valència

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

València

Más de veinte municipios valencianos situados junto a zonas húmedas han tenido que blindar sus explotaciones avícolas frente a la gripe aviar. Se trata de una enfermedad letal para los pájaros que pueden transmitir las especies migratorias que hibernan en l’Albufera. Un enclave próximo a poblaciones como Algemesí, Sedaví, Silla, Sollana, Sueca o València, donde se prohíbe la cría de aves al aire libre. Como en las cercanas Torrent o Picassent.

Más de veinte municipios próximos a humedales se blindan ante la gripe aviar

Más de veinte municipios próximos a humedales se blindan ante la gripe aviar / Minerva mínguez calabuig. valència

Situación que también comparten Tavernes de la Valldigna o Gandia, en el área de la Marjal de la Safor. Sagunt, junto al Marjal dels Moros comparte idéntica tesitura, así como Pego, Dénia, Orihuela, Torrevieja o Santa Pola. Estos últimos, además, con sus términos municipales casi integrados en enclaves de enorme valor ecológico e importantes poblaciones de aves de paso.

En Castelló, la historia se repite en Cabanes, Orpesa, Moncofa y Torreblanca, localidades influenciadas por el Parc Natural Prat de Cabanes-Torreblanca, o la Vall d’Uixó por el Humedal del Fondo. Todos los puntos señalados por la Conselleria de Agricultura y Emergencia Climática tienen un común denominador: la presencia de fauna alada salvaje. El contacto de algún animal afectado por esta enfermedad, muy infecciosa, con ejemplares en cautividad para consumo humano es lo que las autoridades sanitarias valencianas tratan de evitar a toda costa.

«En el interior de la Comunitat Valenciana no existe tal problema porque no es una zona de paso de aves silvestres», explica Francisco Requena, responsable de la sectorial avícola de AVA-Asaja. «Los productores somos los primeros que ponemos la barrera para evitar el contacto con el virus», señala de forma rotunda el experto, quien tiene sus propias instalaciones en Camporrobles, en la comarca de Utiel-Requena.

En cualquier caso, señala que la medida de la Generalitat «es muy positiva». «Los ganaderos somos los más interesados en todo aquello que comporte una mayor seguridad», enfatiza. Requena comenta que aunque en España no hay casos graves, con solo algún positivo puntual detectado en Lleida, «es mejor optar por la prevención». «Sobre todo de cara al consumidor», remarca.

«La retirada de abrevaderos y extremar medidas con instalaciones herméticas son la mejor manera de evitar el contagio con las aves de paso», argumenta. De hecho, la orden de Agricultura hace especial mención a este tipo de actuaciones, como también se está haciendo en Galicia o Asturias, donde también se han confinado explotaciones.

Medida drástica para la caza

Las restricciones se mantendrán hasta el 28 de febrero. La medida es considerada «drástica» por los cazadores, pues también se prohíbe el uso de patos (anseriformes) como reclamo en todos los municipios valencianos sin que puedan seguir utilizándolas. El delegado de Acuáticas de la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana, José Badía, lamenta que los casos aislados «hayan supuesto una restricción completa de la caza en las zonas de acuáticas durante el resto de temporada».

Proceso de analíticas, anillamiento y cartilla de los patos utilizados como reclamos en la caza de acuáticas y que quedan prohibidos por Agricultura. A la izquierda Marjal dels Moros entre Sagunt y Puçol.

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