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La CHJ investiga el uso de cañones antigranizo en Gavarda y Sant Rafael

El comisario de aguas de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Marc García, asegura que se debería aplicar la legislación vigente después de que al Gobierno no le conste «el otorgamiento de ninguna autorización» al respecto

Un cañón sónico en un campo de naranjos de Gavarda.

El senador de Compromís, Carles Mulet, celebró ayer que la Confederación Hidrográfica del Júcar «haya abierto diligencias previas de investigación» por el uso de cañones sónicos por parte de agricultores citrícolas en, al menos, dos puntos de la Comunitat Valenciana. Mulet comunicó en su día al Gobierno que tanto en los términos municipales de Gavarda (Valencia) como en el de Sant Rafael del Riu (Castelló) se estaban utilizando este tipo de instrumentos que, supuestamente, combaten el granizo, pero que tal como denunció Mulet en su día no tienen ningún tipo de autorización administrativa. En concreto, el parlamentario valencianista pidió garantizar que los cañones sónicos que, en teoría, disuelven el hielo en las nubes antes de descargar en forma de granizo, «no tengan impacto sobre la fauna ni un incremento del riesgo de sequías» debido a su uso indiscriminado en fincas de frutales ubicadas en las cuencas del Ebro y del Júcar.

Los agricultores utilizan estos cañones para evitar los perjuicios que las granizadas suponen para las cosechas y como opción alternativa «al elevado coste de los seguros agrarios», un asunto que Mulet no ha entrado a valorar. Ni ese ni el del creciente abandono de los terrenos de cultivo en la Comunitat Valenciana por la caída de precios y la falta de subvenciones, lo que provoca que los agricultores se sientan «desamparados» por las instituciones.

Ondas de choque en la estratosfera

Desde la Confederación Hidrográfica del Júcar, su comisario de Aguas, Marc García, afirmó «desconocer el funcionamiento y la efectividad» de estos cañones, aunque si se demostrara que realmente son útiles «supondrían una modificación de la fase atmosférica del ciclo hidrológico y, por tanto, se les debería aplicar la legislación vigente». El artículo tercero de la Ley de Aguas indica que la fase atmosférica «sólo podrá ser modificada artificialmente por la Administración del Estado o por aquéllos a quienes ésta autorice». 

En su consulta al Senado, el parlamentario recibió una respuesta en la que se le indicaba que en las confederaciones del Júcar y del Ebro «no consta el otorgamiento de ninguna autorización para la utilización de sistemas antigranizo como los cañones de propagación de ondas de choque en la estratosfera».

El concejal de Gabarda Paco Sancho asegura que existen al menos dos aparatos de este tipo en la zona que lanzan «petardazos continuados cada vez que se acerca una tormenta de granizo» para deshacerla. La descarga «empieza veinte minutos antes de que llegue la tormenta», por lo que «para los que estamos cerca es una molestia bastante grande», precisó.

En la misma línea, la alcaldesa de Ulldecona (Tarragona), Nuria Ventura, denuncia que «hubo una noche que estuvo sonando desde las once hasta las cinco de la madrugada», lo que para los vecinos resulta «insoportable». El pasado año se vivieron serios episodios de granizos en Benicarló y grandes precipitaciones en Alcanar, Ulldecona, Vinaròs y Càlig, zonas muy cercanas al emplazamiento de cañones sónicos mientras se encontraban en funcionamiento.

El AVA ensaya con un cañón antigranizo en su finca experimental

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) cuenta con un cañón sónico en su finca experimental de Sinyent, en el término de Polinyà del Xúquer, con el fin de comprobar si este instrumento es realmente efectivo para disolver el hielo de las nubes. Esta finca es el proyecto de experimentación agraria que la AVA y la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) están desarrollando para realizar ensayos en la agricultura.

«Desde el AVA nos conta que hay cañones en distintas partes de Europa, ya que se ve como una posible alternativa para disminuir el granizo. Aunque estos artilugios existen desde hace décadas, hoy se emplean con nuevas técnicas muy avanzadas. «Es una tecnología que todavía no conocemos bien y vamos a ver como funciona. Cuando tengamos un valoración de su efectividad, se trasladará a sus asociados. Si funcionara, supondría un ahorro importante. Igual que hemos plantado variedades nuevas, riegos, y otras innovaciones y ensayos, este ensayo pretende ser uno más. Desde el AVA queremos equivocarnos antes nosotros que los agricultores», explican fuentes de la asociación.

«Si lo hemos colocado, es porque ha tenido efectividad en algún sitio. Lo que hacemos es escuchar lo que se mueva por el sector agrario europeo, en otras ferias internacionales, y lo probamos aquí en Valencia», añaden las mismas fuentes, que esperan a épocas de granizo como primavera u otoño para comprobar la efectividad.

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