"Cuando vi el humo avisé a mi madre y le dije 'mamá esto pinta mal"

Familiares y testigos de la tragedia vivida en la residencia de Moncada relatan los hechos y las dificultades del rescate de los internos por la movilidad reducida de todos ellos, que en la mayoría de casos no se podían mover de la cama

Una joven narra cómo vivió el icnendiod e la residencia de Moncada donde está su abuela, herida leve

Una joven narra cómo vivió el icnendiod e la residencia de Moncada donde está su abuela, herida leve / Kai Försterling

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

València

“La noche de ayer fue terrible; Guardia Civil y Policía local corrían de arriba a abajo como locos, sacaban a los ancianos como podían en medio de todo el humo y no se veía nada”. Ana Rodríguez es nieta de una de las usuarias de la residencia de Moncada, que anoche vivió una tragedia cuando se declaró un incendio en una de sus plantas, que ha dejado 6 muertos y 15 intoxicados por inhalación de humo. “Lo peor fue cuando nos dijeron que el fuego era en el primer piso y en el área de los encamados, los que no se podían mover” cuenta otro familiar. 

A primera hora de la mañana Ana ya estaba en la puerta. Pero no le dejaron poder ver a su abuela tras varias horas preguntando y a la espera. “Supongo que será para que no se pongan más nerviosos o se alteren más de lo que ya están”, aclaró. Finalmente supo que su abuela se encuentra bien “incluso quería bajar a desayunar”, dijo. Durante toda la mañana la residencia fue un constante entrar y salir de policía y bomberos para investigar la causa del fuego, cuya primera hipótesis es que se trató de un cortocircuito en uno de los respiradores de oxígeno, aunque finalmente se supo que fue debido a una anomalía eléctrica en una regleta.

Como el resto de familiares de los internos de la residencia, Ana se ha despertado esta mañana con un correo electrónico del centro en el que muestran sus condolencias por lo sucedido e informan de todo lo ocurrido, los fallecidos y las personas que finalmente no fueron afectadas por el fuego. Esa ha sido de las pocas noticias que han tenido los familiares de sus seres queridos esta mañana a parte de que, como en el caso de Ana, se encuentran bien. 

Los familiares fueron informados de la situación por correo electrónico por la mañana

Todo empezó alrededor de las once de la noche, cuando comenzaron a ver una retahíla de coches de bomberos y de policía pasando por delante de la ventana de su casa. “Ahí ya me extrañé y empecé a pensar que pasaba algo”, cuenta Ana. Pero siguieron con su noche como si nada pasara. Recibió el primer sobresalto por un vídeo que un vecino de la localidad había colgado en Facebook alertando del incendio y en el que se veía ya la incipiente columna de humo del edificio. “Un vecino se acercó a grabar a la residencia y lo subió a redes sociales, cuando lo vi se me puso el corazón en la garganta. 

Saber de tu familiar

Lo siguiente que hizo Ana fue mirar por otra ventana de su casa, que sí que da a este centro de la tercera edad, y entonces empezó a ver el humo. “No era muchísimo, pero lo suficiente para preocuparme y llamar a mi madre para decirle ‘mamá, esto pinta mal’, las ambulancias van a la residencia”, recuerda la familiar de una de las internas.  

Fue en ese momento cuando fueron a la puerta de la residencia, con el incendio ya extinguido ya que, según el cuerpo de bomberos, pudieron apagar el fuego en a penas 20 minutos. Allí mismo poco pudieron confirmar más que su madre se encontraba bien, pero no le pudieron dar más información ni siquiera llamando al teléfono. 

“Esta mañana es cuando hemos recibido un correo de la residencia para todos los familiares diciendo que lamentaban mucho todo lo ocurrido. Por suerte a nosotros no nos ha tocado nada, la mayor preocupación era esa y saber si seguía aquí o se la habían llevado al hospital”, cuenta. 

«Hasta que puedes hablar con ellos, el susto en el cuerpo te lo llevas» asegura la nieta de una interna

Como el resto de los internos que fueron afectados por el incendio, ahora la abuela de Ana está en otra habitación en un ala distinta de la residencia, que no fue afectada por el suceso. 

“Sabemos que mi abuela, una mujer de 90 años recientemente cumplidos, está bien, pero mi madre se ha pasado toda la noche pegada a la radio para ver si decían algo”, explicó Ana. “Nos preocupaba más que estuviera bien, que tuviera mantas y no haya pasado un mal rato”, dice Ana, cuya abuela padece de Alzheimer. 

Pocos familiares se acercaron al recinto por la mañana, pero uno de ellos relató las dificultades que hubo para rescatar a su madre, una de las atrapadas en las dos plantas invadidas por el humo que se produjo en una de las habitaciones. “En ese ala están los encamados, ninguno de ellos se puede mover nada ni salir de la cama, así que lo pasé muy mal cuando supe que era ahí, pero gracias a Dios pudieron sacarlos aunque con muchas dificultades porque a penas pueden moverse”, contó. 

En el caso de su familiar, acabaron por trasladarla a otra habitación planta para pasar ahí la noche, y a sus 85 años ni siquiera tuvo que ser atendida por inhalación de humo ni sufrió de otros problemas. Pese a los intentos por entrar a la residencia o ver a su familiar, no lo consiguió. 

Un familiar frente a la verja de la residencia de Moncada pregunta a una trabajadora.

Un familiar frente a la verja de la residencia de Moncada pregunta a una trabajadora. / German Caballero

Muchas otras personas pasaron por delante de la residencia a lo largo de la mañana, algunas ni siquiera fueron conscientes del fuego cuando se produjo, como cuenta una vecina cuya casa da a la residencia. “Desde una de mis ventanas se ve y anoche no me di cuenta porque no hubo tano humo, lo acabé viendo por las noticias que había sucedido”, explica. 

«El susto en el cuerpo»

La hija de otra de las internas de la residencia que presenció el incendio relató que al lugar se desplazaron ambulancias, Guardia Civil, Policía y Bomberos. «Había muchísimo humo y los pobres se olvidaban de su vida para salvar otras», contó. En un primer momento, explicó, pensó que sucedía algo en el colegio pegado a la residencia, pero tras acercarse pudo comprobar que el fuego estaba situado en el centro para la tercera edad. 

Entonces esta mujer se quedó esperando en la calle «iban todos como locos», contó, y añadió que tuvieron muchas dificultades para rescatar a los usuarios por ser personas con movilidad reducida. A media mañana la familiar aseguraba encontrarse «más tranquila», pero matizó que «esta noche no la olvidaré». 

Otra joven que estaba en la puerta de la residencia desconocía por la mañana si a su familiar la tuvieron que evacuar, pero sí que la informaron de que esta se encontraba bien. «Hasta que podamos hablar con ellos, el susto en el cuerpo te lo llevas», aseguró. 

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