La técnica del análisis de tierras raras, desarrollada por la unidad de investigación ArchaeChemis de la Universitat de València (UV), ha permitido caracterizar que los pobladores prehistóricos de la Cueva de la Cocina de Dos Aguas (València) utilizaron materiales obtenidos a más de 50 kilómetros de distancia, un dato que permite conocer que su movilidad era mayor de la pensada.

En el estudio, publicado este mes en la revista 'Geoarchaeology', se ha aplicado esta técnica en los afloramientos silíceos aprovechados por los últimos cazadores y recolectores hace unos 8500 años.

La investigadora Oreto García Puchol, del departamento de Prehistoria de la UV, ha confirmado el potencial de la aplicación de esta técnica creada en 2014 para discriminar entre diferentes afloramientos silíceos como base de cara a desarrollar hipótesis sobre el abastecimiento de materias primas y los patrones de movilidad en la Prehistoria.

Según la investigación, los cazadores recolectores de la Cueva de la Cocina recogían el sílex de afloramientos locales, pero también llegaba sílex de afloramientos más alejados como el Valle del Serpis. La Cueva de la Cocina es un yacimiento arqueológico excavado e investigado en los últimos años a través de fondos del Museo de Prehistoria de Valencia en el marco de diversos proyectos del Ministerio de Ciencia e Innovación y de Fundación Palarq.

ArchaeChemis UV desarrolla métodos de caracterización basados en el uso de las tierras raras ('rare earth elements' (REE) en inglés) con el fin de contribuir a solucionar cuestiones referidas a la identificación de diferentes tipos de roca.

En 2016 se analizaron por primera vez las REE de un conjunto de doleritas de afloramientos naturales de la Comunitat Valenciana y se compararon con piezas arqueológicas encontradas en los yacimientos de Arenal de la Costa y Ereta del Pedregal (Valencia) y Bancal de Satorre (Alicante) para relacionar su procedencia con los afloramientos de origen.

El procedimiento seguido en este estudio se utilizó también para la identificación de la procedencia de las doloritas empleadas para la construcción de Stonehenge en un estudio publicado recientemente (2021), apuntan los investigadores Gianni Gallello, del departamento de Prehistoria y coordinador de ArchaeChemis, y Agustín Pastor, del departamento de Química Analítica de la UV.

Los elementos de tierras raras son componentes químicos comunes en la corteza terrestre esenciales para el desarrollo de nuevas tecnologías. Para determinarlos se usa la espectrometría de masas (ICP-MS), una técnica con la que los iones producidos en el plasma de argón se inyectan en el espectrómetro de masas, separando así los iones en función de su relación de masa y carga.

De esta forma, muestras de objetos líticos y de rocas de los potenciales afloramientos se digieren con una disolución ácida que incluye el uso de ácido fluorhídrico, para después estudiar sus proporciones y concentraciones y compararlas estadísticamente entre las muestras estudiadas.

Estos primeros trabajos han servido de base a ArcheChemis para emplear las REE en la identificación de rocas silíceas, empleadas para la fabricación de utensilios líticos en la Prehistoria. Un trabajo metodológico de 2019 abordó la caracterización de varios afloramientos de sílex del Valle del Serpis (Alicante), material ampliamente explotado en la Prehistoria. El procesado de los REE mediante estadística multivariada proporcionó resultados prometedores para la distinción entre diferentes afloramientos localizados en un radio inferior a 20 kilómetros.