Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Marc García Manzana

"La sobreexplotación de acuíferos nos obliga a estar más vigilantes"

El nuevo secretario general del Instituto Mediterráneo del Agua alerta de que en muchas zonas las extracciones superan a los recursos por lo que hay que avanzar en reutilización, desalación y el goteo

Marc García, frente a la sede de la Confederacion Hidrografica del Júcar. | J.M.LÓPEZ

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universitat Politècnica de València, Marc García pertenece al cuerpo de funcionarios del Estado desde 2014 y es en la actualidad el máximo responsable de la Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Como nuevo secretario general del Instituto Mediterráneo del Agua destaca los avances de los países del sur en una gestión sostenible del agua y aboga por avanzar en la reutilización, la desalación y la modernización de los regadíos. Algo crucial en el actual contexto climático.

¿Cuál diría que es el principal problema del territorio valenciano en materia de agua?

En la demarcación del Júcar es el estrés hídrico. Hay algunas zonas donde hay más extracciones que recurso renovable disponible. Es decir, se está gastando más agua de la que se podría utilizar. En un período corto de tiempo no pasa nada, pero cuando eso se va generalizando tenemos sobreexplotación de acuíferos y sistemas tensionados.

¿Y la contaminación?

En esta confederación no hay. Todos los grandes municipios tienen su autorización de vertido, las revisamos cada cinco años, tomamos muestras puntuales y el año pasado hicimos más de 3.500 análisis.

¿Extracciones ilegales?

No hemos detectado.

¿Cómo se soluciona la sobreexplotación?

Existen dos posibilidades, o actúas en la demanda, o en la oferta. Si quieres aumentar la oferta, el agua te la tienes que inventar, por decirlo de alguna forma. Es decir, utilizar algo que en el sistema natural no está con recursos no convencionales, que pueden ser la desalación o la reutilización. En el Júcar la primera opción la estamos enfocando para el abastecimiento y la segunda para la agricultura.

¿Cómo se actúa en la demanda?

Con la modernización de regadíos. Si conseguimos que no se riegue a manta pues indudablemente disminuye el agua utilizada y también los fertilizantes que se están poniendo, que es la segunda derivada de la contaminación de los acuíferos. Si se mejoran las infraestructuras de abastecimiento pues también mejoraremos la eficiencia en las ciudades, que a veces las tuberías dejan mucho que desear.

¿Entiende lo que ha sucedido en Andalucía con la legalización de regadíos en una zona tan sensible junto al parque de Doñana?

Si tienes problemas de sequía no puedes autorizar más cultivos. Aquí en el Júcar tenemos seis acuíferos sobreexplotados y ahí no permitimos nuevas extracciones, ni nuevas superficies de regadío. En cualquier caso, la competencia para la gestión del agua es del Estado.

Controlar el territorio debe de ser complicado. ¿Hay suficiente gente en la comisaría de aguas?

No. Hace falta mucho personal, porque cada vez hay más exigencia ambiental por la mayor sensibilidad de la ciudadanía. La declaración de sobreexplotación de acuíferos también nos obliga a un sobreesfuerzo adicional porque hay que estar más vigilantes. Mirar si algún pozo que se denegó está en funcionamiento, por ejemplo, y después la parte jurídica, con el régimen sancionador.

Dicen que tres de cada cuatro empleos los genera el agua.

El agua no es solo para la agricultura. Se necesita para el turismo, que es un sector importantísimo en España, pero es que si no hay agua tampoco hay industria, ni muchas otras actividades. Si no existe ese recurso informamos desfavorablemente para nuevos desarrollos urbanísticos y ojo, esos informes son preceptivos. Hay que pedirlos sí o sí, y son además vinculantes.

¿Se sabe lo que ustedes hacen?

No. A día de hoy muchos piensan que es un organismo que únicamente sanciona, cuando realmente estamos haciendo muchísimo por ejemplo en la eliminación de invasoras exóticas, que es algo que repercute en la cantidad de agua. Al restaurar la vegetación de ribera además aumentamos el efecto de laminación en los cauces y reducimos los riesgos de avenidas. Hay que hacer mucha pedagogía también en la depuración o en las invasiones de dominio público. Cada vez vamos a tener fenómenos más extremos, más sequías y más inundaciones. En el barranco en el que nunca pasaba nada, ahora pasa.

Compartir el artículo

stats