Nada más aterrizar de su vuelo desde Kiev, Olga Lushevska se ha fundido en un abrazo con Isabel Martínez. La ucraniana y sus dos niños han llegado este martes a las 15:10 a la terminal del aeropuerto de Manises huyendo de los tambores de guerra. Isabel y su marido Luis, que conocen a Lushevska desde hace años, han ofrecido su casa como refugio para la familia ante la escalada de tensión.

"Desde hace varios días la situación nos ha empezado a parecer demasiado peligrosa y por eso hemos decidido marcharnos una temporada mientras se aclara la situación. Venimos aquí porque tenemos miedo de que al final sea verdad la guerra en Ucrania", explica Lushevska.

Su país lleva 8 años inmerso en tensiones con su vecino del este, pero "esta vez la reacción de los políticos extranjeros y de la prensa me ha hecho pensar que existe un peligro real. No creo que todo el mundo mienta si se está pronosticando una invasión", lamenta.

En las calles de Kiev, sin embargo, la vida sigue igual. Lushevska dice que "todo funciona con normalidad, las tiendas siguen abiertas sin problema y no hay déficit de alimentos. Quizá estos días hay menos tráfico pero en la calle tampoco se nota mucho". No se nota pero lógicamente no se habla de otra cosa. "En el transporte público las abuelitas dicen 'Biden ha dicho que el día 16 tenemos que tener cuidado'", recuerda.

"La reacción de los políticos extranjeros y de la prensa me ha hecho pensar que existe un peligro rea", dice Lushevska

Aunque Ucrania es un país con no demasiado turismo, sí que cuenta con muchos extranjeros y estudiantes de fuera, que, según Lushevska, se están volviendo en masa a sus lugares de origen. Como recuerda "muchos países están recomendando no viajar a Ucrania estos días".

"Los mismos políticos ucranianos están asustados por lo que dicen los políticos extranjeros, aunque lo que intenten es tranquilizar la situación y calmar a la población", lamenta Lushevska. "Yo preparaba el viaje la semana pasada y todos mis amigos y familiares me estaban diciendo que era la decisión correcta. Pero muchas personas allí no tienen esa posibilidad", sentencia.

Normalidad en la terminal

El resto de personas consultadas, tanto ucranianas como familiares de quienes han desembarcado hoy en València, son de una opinión opuesta a la de Olga Lushevska. Los que han llegado han sido mayoritariamente por turismo y sin intención de quedarse más de varios días.

Harnik, de Castelló, espera a sus amigos que vienen a visitarle. Tampoco está preocupado por la posibilidad de la guerra porque "llevamos así en 8 años, en cierta forma estamos en guerra todo ese tiempo y las tensiones son cada dos por tres", dice. Reconoce que sí que ha habido alguna broma con ellos sobre la posibilidad de que vinieran aquí y no pudieran bajar de vuelta, pero el miedo no es tal.

Irina, ucraniana que trabaja desde hace poco en València, opina lo mismo. Su madre ha venido a visitarla y aprovechar para hacer turismo, y piensa volver en unos pocos días a su casa. "Llevamos 8 años así. Estamos tranquilos y no se piensa que vaya a suceder de verdad, el viaje de mi madre estaba planificado y ha coincidido justo por esto, pero no lo condiciona nada. Veremos València y cuando acabe se va a volver", cuenta en un perfecto inglés.

Armando abraza a su pareja Irina a la salida del vuelo desde Kiev. GERMAN CABALLERO

El caso de Armando es el contrario. Este vecino de València viene a recoger a su pareja, que ha ido de visita temporal al país del este para estar con su familia, a la que no visitaba desde hace cuatro años. Irina vive en la capital del Turia con él. "No está preocupada por el tema de la guerra, además vive aquí", explica.

Alfredo también espera a su pareja, y dice que tampoco sienten que haya peligro. "Ella es de la zona independizada y teóricamente más peligrosa, pero no ha tenido ningún problema de momento. Está de maravilla con la familia".

"En el transporte público las abuelitas dicen 'Biden ha dicho que el día 16 tenemos que tener cuidado'"

En la terminal hay cuatro chóferes que sujetan carteles con nombres ucranianos. La mayoría vienen a recoger hombres de negocios que estarán por aquí para hacer dinero y volver a su país. Dicen que no han notado que venga más gente de Ucrania últimamente, la normal tratándose de una zona muy relacionada históricamente con València, con mucha población que viene a la C. Valenciana.

Olga y sus niños han decidido prevenir, dada la opinión mayoritaria de los viajeros. Han venido a València sine die, a la espera de acontecimientos y de que se resuelvan las tensiones para, por fin, poder viajar de vuelta a casa.