No por representar a un mismo colectivo se han de defender las mismas propuestas ni plantear las mismas soluciones, iguales, coma por coma. Guillem Montoro y Daniela Requena son un buen ejemplo. Los dos son referentes del colectivo LGTBI y el movimiento trans. Montoro por ser el primer concejal trans de España. Daniela Requena es una 'influencer' trans con más de 800.000 seguidores en Tiktok donde derriba estigmas y responde a las dudas sobre la transexualidad.

Este miércoles ambos han mostrado sus diferencias sobre el anteproyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y garantía de los derechos LGTB. Las distintas posturas se han visto en las redes sociales. El choque surge a partir de una entrevista de Daniela Requena, recientemente elegida como secretaria de diversidad del PSPV en la provincia de Valencia, en À Punt. En esta, defendía que no cambiaría nada de la llamada ley trans que aprobó el Consejo de Ministros en junio del año pasado.

"Estoy muy de acuerdo con la autodeterminación de género, estoy de acuerdo con el borrador, no cambiaría nada, lo corroboro", dice en su entrevista, que va en la línea de lo que ya dijo a este diario tras ser elegida para la ejecutiva de Carlos Fernández Bielsa. Sus palabras han sido citadas en un tuit por Guillem Montoro, de Compromís, y primer concejal trans de España.

"¿Dónde quedan los derechos de las personas no binarias o las personas migrantes?", se pregunta el exconcejal de Picanya mencionando la intervención de Requena, quien insiste que queda "mucho por hacer". En este sentido, expone que las personas no binarias "también merecen ser reconocidas y no patologizadas, sin requisitos médicos ni diagnósticos, ya que padecen mucha invisibilidad y violencia estructural", algo que no recoge la norma.

También señala que las personas migrantes, "que en muchas ocasiones se encuentran huyendo de sus países de origen debido a la persecución por ser LGTBI", necesitan encontrar en el España "la ayuda y el reconocimiento legal que merecen"; así como las menores de edad, que se ven en situaciones de acoso "por ser quien son", y que todavía necesitan "pasar un procedimiento judicial patologizante para ver reconocida su identidad".