La diputada nacional del PP y única valenciana en el comité de dirección del PP ha tenido, según ha trascendido, una intervención clave en la reunión de alto voltaje que se celebra en Génova. Hoyo habría pedido, según varias fuentes periodísticas, la dimisión de Teodoro García Egea, mano derecha de Casado. Hoyo, presidente del comité electoral y una persona del círculo de confianza de Casado, se ha convertido en una de las voces discordantes dentro de este consejo.

Su petición para que Egea dimita supone, en principio, un bofetón para Casado, consciente de que la crisis ha llegado tan lejos que si cae su fiel escudero, el se queda, totalmente a la intemperie. Hoyo, que fue presidenta de Nuevas Generaciones en València, es un cargo público ya curtido en mil peleas internas y, en cierto modo, una superviviente nata. Su apuesta en primarias por Casado, le garantizó su continuidad en el Congreso de los Diputados y un lugar privilegiado en Génova. Sus relaciones con Isabel Bonig y su equipo directivo nunca acabaron de cuajar e incluso llegaron a ser tensas conforme se vislumbra el relevo de la presidenta a favor de Casado. Hoyo, apadrinada en su día por el presidente del PP de la provincia de València, Alfonso Rus, logró, como le ocurrió al diputado Vicente Betoret, salir ilesa de ese particular terremoto en la provincia de València. Junto con Betoret y el diputado nacional Luis Santamaría se posicionó el jueves en redes sociales con Casado tras desatarse la guerra con Ayuso. Hoyo consideró a Casado como la "garantía de futuro para el centro derecha y con él conseguiremos el objetivo de cambiar el desastroso rumbo al que nos ha llevado este gobierno socialcomunista".