La situación «transitoria» del traslado de los AVE desde Alicante y València a la estación de Chamartín-Clara Campoamor podría prolongarse «seis años» antes de poder volver a la estación de Atocha (que añadirá el nombre de la escritora Almudena Grandes), según anunció ayer Raquel Sánchez Jiménez, ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Sánchez Jiménez hizo este anuncio en los Desayunos informativos que organiza la agencia de noticias Europa Press en Madrid.

La ministra explicó que el cambio de cabecera de los AVE del Mediterráneo de Atocha a Chamartín, que añadirá 15 minutos al tiempo de recorrido, «es una medida temporal ya anunciada hace tres años, que se demorará entre seis y siete años».

Destierro hasta 2028

Una previsión que proyecta a 2028 el «destierro» del AVE de Alicante a Chamartín, previsto para el primer semestre de 2022, cuando se ponga en servicio el túnel de alta velocidad entre ambas estaciones. En el caso del AVE de València, previsto en la declaración de red de Adif de 2022 pero sin fecha concreta que podría demorarse a 2023, proyecta el traslado a Chamartín hasta el año 2029 o 2030.

Este traslado de la estación de destino de los trenes de alta velocidad del Este (que no afecta a los de Sevilla o Barcelona, que también acceden a Madrid por el sur) se decidió desde Adif «al no contar con capacidad suficiente para recibir tantos trenes procedentes del sur», sobre todo tras la entrada de nuevos operadores.

Según la ministra «el compromiso del Gobierno es ejecutar las obras necesarias para abrir una estación pasante en el túnel de alta velocidad en un periodo máximo de siete años, momento a partir del cual los operadores ya podrían incluir Atocha como parada en las líneas desde Alicante o València.

La propuesta ha sido recibida con duras críticas en la Comunitat Valenciana. El jefe del Consell Ximo Puig aseguró ayer en Elx «no entender por qué se tiene que producir ese cambio de la estación final del AVE de Alicante y València desde Atocha a Chamartín y esa es la posición que vamos a mantener en cualquier espacio de negociación». Según Puig, la planificación prevista por Adif «es una medida que no se ajusta a los intereses de la sociedad valenciana y vamos a actuar en consecuencia, a través del diálogo y pidiendo las explicaciones oportunas». Al presidente de la Generalitat no le vale la justificación de Adif de que el cambio de estación estaba previsto desde 2019. «No teníamos ningún conocimiento de que estaba previsto así. Debe haber un sustento técnico, pero también hay que abordar las implicaciones socioeconómicas que tiene». Yconcluyó que «con la fórmula de más operadores se trata de que haya más posibilidades para los usuarios, se bajen precios y mejore el servicio».

La presidenta del PP en la ciudad de València, María José Catalá, exigió mantener Atocha como estación de salida y llegada «porque «los valencianos no pueden pagar la falta de inversión y planificación del Gobierno de Pedro Sánchez». Catalá considera que Chamartín «dista bastante del centro de Madrid, por lo que los usuarios tendrán que invertir más tiempo y dinero en sus desplazamientos por la ciudad» y que el tren perderá «competitividad con otros medios de transporte».