No habrá codazos en el PPCV para ir al congreso extraordinario de Sevilla. Las 379 plazas que componen la representación valenciana en el cónclave que ungirá a Alberto Núñez Feijóo como nuevo líder nacional parecen ser suficientes como para evitar los choques internos. Prácticamente ninguna voz de renombre en los 'populares' valencianos se quedará sin billete en la segunda mayor delegación territorial, solo superada por Andalucía.
De hecho, más que ausencias, en Sevilla habrá presencias notables. Entre estas sobresale el regreso de la que fue presidenta del PPCV hasta el año pasado, Isabel Bonig. Su regreso supone uno de los alicientes del evento desde el punto de vista valenciano tras ser sustituida del poder orgánico por Carlos Mazón con el apoyo de quienes entonces se encontraban al mando en Génova y ya no están.
La exlíder del PPCV apenas ha abandonado la primera línea de la política desde que fue sustituida por Mazón
Tras añadir el prefijo 'ex' a su currículum de lideresa, Bonig abandonó la primera línea, dejó su escaño en las Corts y apenas se le ha visto en actos públicos con excepciones como la presentación del libro de Cayetana Álvarez de Toledo. Sin embargo, la sintonía con Feijóo hacen que sea motivo suficiente como para que la exalcaldesa de la Vall d'Uixó reaparezca.
Bonig, de momento, ha presentado su inscripción en su agrupación local para ser delegada y todo apunta a que no tendrá un rival con el que disputarse el asiento para Sevilla. Esta será la tónica habitual, explican fuentes de la organización. Así, el próximo lunes en la mayoría de agrupaciones del PP valenciano solo habrá una urna, la de votación del nuevo presidente, para la que solo está Feijóo como candidato, y no será necesario añadir otra para dirimir la designación de los compromisarios.
Método de elección
A PP de la Comunitat Valenciana le corresponden 379 delegados, la segunda cifra más importante tras el medio millar largo de Andalucía. El reparto se realiza a partir del número de militantes y los últimos resultados electorales nacionales, a lo que se añaden los representantes natos. En el caso del PP valenciano son 30, entre diputados y senadores nacionales, portavoces de las capitales de provincia o el presidente del partido a nivel autonómico, esto es, Mazón.
Los 349 restantes se reparten entre las agrupaciones, a las que se asigna un número de delegados según los mismos criterios. Cualquier militante puede apuntarse. Si en ese distrito hay más candidaturas que delegados asignados, se vota, algo que, indican fuentes de la organización, en el caso valenciano será excepcional. De normal, indican, acuden los máximos representantes locales de cada agrupación, voces con autoridad como Bonig en la Vall d'Uixó.
Así, no habrá prácticamente votaciones internas. "El partido está unido", defiende la dirección. Otras fuentes indican que el hecho de que la delegación sea lo suficientemente amplia evita las disputas. También ayuda que el congreso está decidido con un solo candidato, a diferencia del de 2018, en el que los compromisarios acabaron decantando la victoria de Pablo Casado sobre Soraya Sáenz de Santamaría. Esta vez su papel no será decisivo, pero la ausencia es un golpe para cualquier carrera política.
Entre los presentes en Sevilla habrá nombres que se han mostrado distantes con la actual dirección autonómica. Una de ellas será la que fue número 2 de Bonig, Eva Ortiz, quien ejerció la portavocía en las Corts de manera transitoria tras el relevo de la castellonense y hasta la designación de María José Catalá como síndica. También se ha inscrito y no se espera que tenga rivales internos José Vicente Anaya, alcalde de Ayora y rival de Mazón en las primarias de hace un año para dirigir el partido.
