El cielo se tornó de naranja la semana pasada en múltiples zonas del país. Las impactantes imágenes tenían un responsable: la calima africana. Su llegada a España, provocó un empeoramiento de la calidad del aire, por lo que cabría esperar que estas partículas de polvo del desierto son perjudiciales para la salud.

Aún así, los expertos ambientales apuntan que la calima tiene efectos beneficiosos para el ecosistema de la Comunitat Valenciana. Uno de los principales puntos positivos es que actúa como fertilizante para el campo - al igual que la ceniza volcánica en las Islas Canarias- y como alimento para las microalgas del mar Mediterráneo; aunque, sin duda, una de las mejores noticias es que el polvo sahariano absorbe los gases de efecto invernadero.

¿De dónde procede realmente la calima?

Como apuntan los expertos, las partículas de la calima surgen de forma esporádica por las lluvias torrenciales del territorio africano, concretamente en las cuencas endorréicas, aquellas que no tiene salida al mar y que se encuentran por debajo de su nivel. Estas partículas friccionan con el suelo y se acumulan hasta que el fuerte viento los transporta por el aire. Este proceso es el que explica la presencia en las partículas de cuarzo, arcilla, feldespatos, carbonato calcio, óxidos de hierro, óxido de titanio, fosfato y sales, provenientes de lagos del interior del continente africano.

¿Cómo combate el medio ambiente?

Entre todos estos componentes, se encuentran los dos que contribuyen a combatir el cambio climático: el hierro y el fósforo. El primero de ellos, en solitario, es un fertilizante para la flora de la Comunitat Valencianas. Por tanto, contribuye a acelerar el crecimiento de los árboles que son el principal freno de C02.

Por su parte, el hierro y el fósforo al caer al océano provocan un crecimiento masivo del plancton y las microalgas que, a su vez, realizan una importante función de absorción del dióxido de carbono. Además, estos microorganismos son un alimento para los peces por lo que su crecimiento contribuye a favorecer los exosistemas marinos.