Entre la infrafinanciación que la Comunitat Valenciana acumula desde que las autonomías tienen las competencias transferidas (2001), la insuficiencia de recursos que dejó el último modelo de financiación aprobado (2009) y todos los costes financieros asociados a la insuficiente financiación se explican cerca de 37.000 millones de los 52.301 que acumula la deuda valenciana, según el último dato disponible. Son tres cuartas partes de la deuda, el 75% de los números rojos.
En concreto, 13.300 provienen de la falta de financiación entre 2001 y 2009; otros 13.300 desde que el actual modelo está en vigor; 3.300 son la factura porque no se tuvo en cuenta la evolución de la población y 6.600 serían la suma de todos los costes financieros asociados.
La comisión de investigación que trata de arrojar luz al origen de la deuda de los valencianos, que supera los 52.000 millones, ha puesto esta mañana las primeras cifras a los números rojos de la Comunitat Valenciana. Los tres primeros expertos han comparecido ante los diputados de la comisión para abordar los problemas financieros de la autonomía que se han agravado en estos 40 años de autogobierno.
El director del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Francisco Pérez; el profesor de Economía Aplicada, Víctor Fuentes, y el director de la fundación Fedea, Ángel de la Fuente, han sido los tres primeros intervinientes. La del origen de la deuda es la única comisión de investigación de la legislatura y busca profundizar, a instancias de Unides Podem, en la cuestión de la deuda valenciana.
Los expertos sitúan la causa de la elevada deuda valenciana en que durante décadas la autonomía valenciana ha recibido ingresos inferiores a la media ya desde las primeras transferencias de las competencias a las autonomías cuando, tras la dictadura, ya la autonomía estaba infrafinanciada aunque no había datos suficientes para saberlo.
Lo que si se sabe, con datos, es que de haber tenido un trato justo en estos años de autogobierno, la deuda valenciana caería a los 53.000 a los 13.700 millones, situándose en el 12 por ciento del PIB cuando en la actualidad está en el 47% y es la más alta de España en relación con el PIB. Es decir con una financiación justa, la deuda sería de cerca de 13.700 millones, según ha aportado el director del Ivie, Francisco Pérez.
Una deuda que ya sería sostenible sin ningún problema, según Pérez, frente a la actual que obliga a la autonomía a tener que recibir la asistencia del Estado porque la capacidad de la Generalitat de volver a los mercados para financiarse solo es posible con una reestructuración de la deuda y una posible quita.
Pérez ha asegurado que ningún modelo de financiación ha sido bueno para la Comunitat Valenciana y ha atribuido la infrafinanciación valenciana entre otras cosas al modelo de financiación de 2009 que llegó con la crisis económica de 2008, se hizo de forma confusa y se añadieron más recursos pero no cubrían los servicios públicos fundamentales.
El director del Ivie también ha avisado al Consell de que se acerca un contexto de subida de intereses por lo que a cada punto que suba el precio del dinero supondrá un gasto añadido de 500 millones.
El presupuesto valenciano de 2022 ya destina más de 300 milllones a pagos de intereses por lo que un escenario de inflación disparada e incluso de una posible política fiscal menos laxa, la situación financiera valenciana aún puede complicarse más. Pérez ha añadido que la deuda de la Generalitat aumentó sin parar desde 2000, con independencia del ciclo económico o el color político y ello a pesar de gastar menos que la media.
Víctor Fuentes, profesor jubilado de Economia Aplicada en la Universitat de València ha señalado que la autonomía valenciana ya partía en los años 80 de una situación que no era equitativa y que la situación de statu quo se ha mantenido de forma que nadie perdía respecto a lo que ya tenía adquirido. Ha remarcado que las transferencias de Educación en 1983 y de Sanidad de 1989 se hicieron sin tener en cuenta que la dotación valenciana de infraestructuras era peor que la de otras autonomías por lo que se tuvieron que hacer más esfuerzos con menos ingresos que la media.
El director de la fundación Fedea, Ángel de la Fuente, ha rechazado que la autonomía pueda recibir una quita porque invitaría a un pensamiento que considera negativo: el de que al final puedes gastar lo que quieras porque al final siempre habrá alguien que te rescatará.
