Contemplar toda la vida de las personas que acuden a la consulta y no solo los síntomas físicos. Darle importancia a las dolencias que no se pueden "cuantificar" como el dolor, el cansancio o la tristeza y relacionarlas con todo el contexto para dar un diagnóstico y tratamiento adecuado a cuerpos que son cíclicos y no lineales. Los de las mujeres.

Estas son algunas de las ideas que sobrevolaron el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universitat de València (UV) en la II Jornada de Dignidad Menstrual. Un espacio que reunió a expertas en medicina con perspectiva de género y que resaltó la importancia de dejar atrás el "androcentrismo" médico y dar una atención integral a todos los factores que pueden causar alteraciones en el cuerpo de las mujeres y en su ciclo menstrual. Factores que van desde la situación medioambiental, la alimentación, el estrés, el contexto socioeconómico. Factores que se han de escuchar.

La jornada, moderada por la divulgadora y escritora Irene Rodrigo, contó con la presencia (de forma telemática) de la endocrinóloga y especialista en Medicina con perspectiva de género Carme Valls-Llobet, con la participación de Miriam Al Adib Menderi, ginecóloga y divulgadora, Paula Gil, presidenta de Médicos Sin Fronteras España y Silvia Pérez, sexóloga y monologuista.

"Hay que contemplar toda la vida de las personas que acuden a la consulta, no solo los síntomas físicos", dijo Valls-Llobet. En este sentido, puso énfasis en la importancia de escuchar los síntomas, atender y diagnosticar. "El diagnóstico no puede ser una etiqueta".

"En cada etapa de la vida de las mujeres hay tendencia a dar pastillas antes de buscar la causa del problema"

Carme Valls-Llobet - Endocrinóloga y especialista en medicina con perspectiva de género

Además, dijo, muchas veces se minimizan los dolores que externalizan las mujeres o se atribuyen a causas psicológicas que acaban derivando en medicación. "En un 25 % de los casos, a las mujeres se les dan ansiolíticos o antidepresivos antes de hacer alguna prueba", dijo la doctora. Por otra parte, se asiste a una excesiva medicalización. "En cada etapa de la vida de las mujeres hay tendencia a dar pastillas antes de buscar la causa del problema", añade Carme Valls. "El sesgo es pensar que el modelo es el cuerpo del hombre y que lo que no les ocurre a ellos es desgraciado y malo, como ha ocurrido con la menstruación".

Un sesgo que se extiende a la investigación

Carme Valls-Llobet apuntó que los ensayos clínicos utilizana hombres como sujetos, "minimizando la importancia del proceso femenino, como la menstruación". El primer gran sesgo lo denunció una cardióloga americana en 1991. No incluyeron a mujeres en investigación cardiovascular. "Cuando la primera causa de muerte de las mujeres tiene que ver con problemas cardiovasculares". En ninguno de los trabajos hasta 1991se incluyó a ninguna mujer en investigación, habían supuesto que las mujeres no tendrían problemas de infarto. "Fue un gran error". "Esto ha condicionado la salud de muchas mujeres". Con la vacuna de la covid se han incluido a mujeres y hombres en los ensayos clínicos, "pero no se ha añadido el sexo como una variante, por lo que no sabemos si los efectos de tos o fiebre los han tenido hombres o mujeres".


Cuerpos cíclicos y lineales

Miriam Al Adib, por su parte, resaltó la necesidad de que la medicina sea "respetuosa con la persona" y la definió como una mezcla entre ciencia, arte y humanismo. "Hay que empezar diciendo que la salud de las mujeres no tiene nada que ver con la delos hombres. Somos cíclicas", apunta.

El centro en el cuerpo del hombre como modelo ha generalizado prácticas como el tratamiento de pastillas anticonceptivas para menstruaciones con irregularidades o dolencias.

"Estaría bien que en lugar de dar un anticonceptivo analizáramos la causa del desequilibrio"

Miriam Al Adib Menderi - Ginecóloga

Una performance tras los cíclicos femeninos en la II Jornada de Dignidad Menstrual en la UV Levante-EMV

"Estaría bien que en lugar de dar un anticonceptivo analizáramos por qué le pasa algo a una mujer, ver qué causa ese desequilibrio". Añade la ginecóloga que "dar anticonceptivos es dar las mismas hormonas en versión sintética para estar siempre lineales. Así desaparece la ciclicidad que caracteriza los procesos de las mujeres". Por eso, dice, "no hay que conformarse con el dolor de regla, ni tampoco con dolores en las relaciones sexuales, sino buscar las causas del malestar, que muchas veces tienen otra solución que no son pastillas anticonceptivas".

En este sentido, la ginecóloga denunció que "no se le da importancia a lo que se merma en la calidad de vida, vemos la parte clínica pero no nos paramos a escuchar a la paciente".

Pobreza menstrual

"Hablemos de la dignidad menstrual", dijo Carme Valls-Llobet. "Somos unas privilegiadas, pero existe pobreza menstrual. Hay mujeres que utilizan paper del WC como compresa porque no pueden comprarse nada más. El 12 % de las mujeres padecen este tipo de pobreza, que también se da en la información sobre la regla, que es sesgada e insuficiente".

"Cuando el diagnóstico depende de lo que digan las máquinas, es importante, pero cuando tiene que ver con la calidad de vida, el dolor, la tristeza, el cansancio, no es algo que se pueda medir por lo que se infra diagnostica o se psiquiatriza". Al final, según Miriam Al Adib, todo radica en escuchar a la paciente y "no infantilizarla, dejar que decida qué camino tomar para qué dolencia de forma libre e informada".

Información para ser tratadas en la diferencia

Hay cinco preguntas, dijo Valls-Llobet, que cuesta 30 segundos hacer y son determinantes. "La menstruación no tiene que doler, un día o dos fuerte y dos flojos, no se tiene que sangrar mas de 80 cm cúbicos en toda la menstruación, no tiene que tener coágulos y los ciclos equilibrados duran entre 27 y 36 días. Esas cinco cosas, son cinco preguntas que nos tendrían que explicar muchas cosas y tendríamos que hacer en las consultas. Las pacientes tienen derecho a ser tratadas en su diferencia".  

"La menstruación se ve como un defecto "cuando es la fuente de la vida de la sociedad", concluye Valls.Llobet, por su parte. "Tenemos que cambiar el chip para que la menstruación, se considere un tema de salud pública, dando importante a los problemas que hay detrás de las dolencias. Pero la menstruación equilibrada no duele y no ha de doler". 

La performance realizada al final del acto.

La performance realizada al final del acto. Levante-EMV

Silvia Pérez, tras las ponencias, realizó un monólogo en el que trató el tema de la salud femenina sexual y reproductiva en clave de humor y Paula Gil, por otra parte, aportó su visión sobre la salud en las zonas de conflicto y crisis humanitaria. Finalmente, se realizó una performance en el hall de la Facultad de Medicina que llevaba por nombre "reVULVAacción".

La semana que viene se realizarán diferentes talleres relacionados con la salud sexual y bienestar emocional, el ciclo menstrual y la violencia sexual, para complementar los conocimientos compartidos en la jornada.