La educación ambiental irá ganando peso en el currículum escolar de forma progresiva. Además lo hará en todas las etapas formativas, obligatorias y no obligatorias, incluida la universitaria y la FP. Así lo contempla el artículo 90 de la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, cuyo proyecto obtuvo ayer la aprobación del Pleno del Consell para su tramitación en las Corts Valencianes.
La propuesta normativa de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica contempla entre las novedades el estudio de la emergencia climática. En principio no como una asignatura nueva, sino como refuerzo y sensibilización frente a los efectos del calentamiento global. De hecho, con la implantación el próximo curso de la Lomloe, conocida como la Ley Celaá, el ministerio ha renovado todos los currículums y en todos se aborda de forma transversal el desarrollo sostenible o la Agenda 2030. Incluso en Matemáticas.
La Conselleria de Educación está ahora inmersa en el proceso de implementar los nuevos decretos al sistema valenciano, donde también se trabajarán estos aspectos en todas las fases y materias. Posteriormente, podrán añadirse aquellos puntos concretos que recoja la nueva ley valenciana de cambio climático cuando supere el trámite parlamentario.
Economía sostenible
En cualquier caso, desde Educación se está impulsando en los últimos años la implantación de nuevos ciclos de Formación Profesional centrados en la economía sostenible, como fotovoltaicas, gestión del agua, energía eólica o los vehículos eléctricos. Además de impartirse la educación ambiental a través de las distintas asignaturas, también se da a través de proyectos interdisciplinares donde intervienen docentes de distintas materias.
Hoja de ruta
El texto normativo, que ya ha pasado por el Comité Económico y Social y el Consell Jurídic Consultiu, traza una hoja de ruta para reducir las emisiones y fija las herramientas para garantizar una transición justa. Y marca unos objetivos de reducción del 40 % en 2030 y alcanzar la neutralidad en 2050. En materia de consumo energético la ambición es de, al menos, una reducción del 35,4 % en 2030, mientras que en transición energética el horizonte se sitúa en un 42 % de energía de origen renovable, también en 2030.
Entre las principales medidas en Movilidad, destaca la red pública de puntos de recarga con fórmulas de transporte sostenible y peatonalización. En cuanto a las actuaciones de Territorio, se alude al establecimiento de zonas de desarrollo prioritario.
