El mundo es cambiante y cada vez, a mayor velocidad y ante acontecimientos imprevistos que no hacen más que acelerar estos procesos. La pandemia lo ha dejado patente, pero es una cuestión que ya trataba de abordar la Formación Profesional, en «un momento trascendental de cambio».

Los docentes pudieron seguir la jornada de forma presencial o telemática. | MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS

«El profesorado, motor de cambio de la FP» es el título con el que se han presentado las 14ª jornadas organizadas por UGT-PV y Levante-EMV, que hoy concluyen en la sede del sindicado, en València. En la inauguración de ayer, Mayte Montaner, secretaria general de UGT Servicios-Públicos, destacó que el profesorado y la FP —que el sindicato lleva 35 años defendiendo— tienen un papel clave en el actual «ciclo de transformaciones profundas de este país».

La primera mesa, «¿Qué FP necesita la Comunitat Valenciana?», contó con la participación de Rafael Climent, conseller de Economía; Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV); Miguel Soler, secretario autonómico de Educación y FP; y Pilar Mora, secretaria de Formación, Empleo e Igualdad de Género de UGT-PV.

La mesa —articulada en diferentes bloques y moderada por Julio Monreal, periodista y director general de Relaciones Institucionales de Levante-EMV— coincidió en la necesidad de que la reforma actual que experimenta la FP —al calor de las demandas de las empresas y de la futura ley estatal y el impulso de las administraciones—, debe aumentar su flexibilidad y agilizar los trámites para adaptarse a la realidad.

Así, Miguel Soler instó a ir más allá del «modelo alemán de FP» —muy conectado con la industria y las grandes empresas— y a trabajar por crear una FP «cercana a las pequeñas empresas, porque los titulados acabarán trabajando en ella y es ahí donde deben hacer la Formación en Centros de Trabajo (FCT)».

«Hace falta una buena FP asociada a lo que tenemos», concluyó Soler que recordó que con los cambios del Gobierno, todos los ciclos pasarán a considerarse FP Dual, con un mínimo del 25 % de horas (500 horas) en las empresas, a quienes pidió que «se mojen» en la formación de sus futuros trabajadores y que pidan «más cualificación», lo que también llevará a mejorar la FP, apuntó.

«Que se lo tomen en serio, porque los profesores y las administraciones no podemos solos. La Formación en Centros de Trabajo es vital en cualquier profesión, forman parte de la trayectoria formativa del alumnado», añadió.

Sobre esto, Climent reconoció que le gustaría «una FP Dual más potente», pero recordó que casi nueve de cada diez empresas valencianas tienen menos de una decena de trabajadores, a lo que achacó la baja implantación de la modalidad Dual, en la que las empresas asumen más peso en la formación de estudiantes.

«Es una asignatura pendiente: si no aumentamos la productividad y hacemos factible que el tamaño de nuestras empresas aumente, tendremos complicado ser una potencia en FP Dual», consideró. Asimismo, el conseller también instó a «aprender a cooperar en el mundo empresarial, a hacer simbiosis».

Sobre esto, Pilar Mora propuso que las empresas creen «consorcios», para facilitar la capacidad de formar a los estudiantes. «Hay que buscar un modelo, porque la formación en la empresa es positiva tanto para el alumnado como para las empresas», afirmó.

En esta línea, Salvador Navarro también reconoció que «la dimensión no es el problema»: «el empresario es individualista, es uno de los problemas del tejido productivo» y también pidió que el profesorado no vea a la empresa «como el enemigo». «La formación es un claro ejemplo de formación público-privada», aseguró.

Más flexibilidad

Para que la FP siga creciendo, es importante ampliar la oferta, ajustándola a las necesidades productivas y a las nuevas profesiones. «Estamos en el camino de la detección de necesidades, de manera coordinada con la Conselleria de Educación y la connivencia directa de los sectores productivos, desde el diálogo, porque no se entiende la FP sin una visión de ocupabilidad y teniendo en cuenta las necesidades reales de los diferentes sectores que tenemos repartidos en la Comunitat Valenciana», explicó Climent

En esto tendrán cada vez más importancia la veintena de consejos territoriales —con representantes de las empresas, la Administración, los centros educativos y los ayuntamientos, entre otros— para definir «qué oferta de FP queremos y cuál es la transformación que queremos».

Hasta ahora, según apuntó Soler, eran los centros los que realizaban una petición para empezar a impartir un ciclo formativo, lo que «no tiene sentido» para el secretario autonómico. «Hay que analizar el conjunto y ver dónde queremos ir», añadió.

Sobre esto, Salvador Navarro ve «fundamentales los consejos territoriales», pero criticó que el sistema actual es «bastante lento y rígido y le falta agilidad desde que se detecta una necesidad, se diseñan los ciclos y se implantan». «Los tiempos administrativos son lentos y eso es un problema estructural que crea desequilibrios entre la formación y las futuras necesidades de los sectores, que cambian y con ello también los perfiles necesitados», afirmó el representante de la patronal.

Pilar Mora consideró imprescindible dotar al sistema de «herramientas estratégicas que ayuden a la detección de necesidades, para dar una pronta respuesta», por lo que pidió «agilidad a los consejos territoriales». «Si no es ágil no podremos dar la respuesta necesaria», defendió.

En el camino de mejorar la formación, Climent también destacó el papel de los institutos tecnológicos, a la vanguardia en una innovación que incide «ipso facto en el mercado laboral», al contar maquinas y recursos «que no tiene el sistema educativo».

Todos los cambios que experimenta la FP valenciana se enmarcan dentro del tercer Plan de impulso de la FP, presentado en 2019 antes de la pandemia. No obstante, a pesar de que la covid afectó a la Formación en Centros de Trabajo (FCT), Soler se siente «razonablemente satisfecho del grado de cumplimiento de las líneas fundamentales», a falta de la creación de una «comisión de seguimiento y evaluación», que Pilar Mora reclamó.

«A pesar de dos años complejos, la FP ha seguido por voluntad de los centros, las asociaciones empresariales y las administraciones», apuntó Soler. Además, la llegada de fondos europeos por la crisis sanitaria ha impulsado, por ejemplo, la formación en competencias digitales del profesorado, colectivo del cual hoy se hablará más extensamente, en el segundo día de las jornadas.

Becas específicas y atraer a más alumnas son dos de los próximos retos

La mesa de debate «¿Qué Formación Profesional necesita la Comunitat Valenciana?» no olvidó la importancia de actuar contra los estereotipos de género que se observan en los ciclos, con algunos muy masculinizados y otros, al contrario, con mayoría de alumnas.

Sobre esto, Pilar Mora, secretaria de Formación de UGT-PV, destacó que «no es un problema de la FP, sino de toda la sociedad», y que la solución pasa por una mayor orientación, tanto para el alumnado como para las empresas —en lo que también coincidió el conseller de Economía, Rafael Climent—; y con una «perspectiva de género más allá de los planes específicos».

Por su parte, Salvador Navarro, representante de la patronal, pidió «visibilizar» a las mujeres de los diferentes sectores y hacer campañas, y Miguel Soler, secretario autonómico de Educación y FP, incidió en la importancia de «insistir», pues asegura que ya se ven avances en familias profesionales como las de Informática.

Por otro lado, Soler también apuesta por «becas potentes de FP» para el crecimiento de los ciclos. «Hay que hacer una inversión potente de becas para que el alumno elija de verdad», afirmó en la mesa. Salvador Navarro también defendió que se facilite «la movilidad de alumnos que quieran estudiar un ciclo» que solo esté en algún punto determinado de la Comunitat Valenciana.