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Las calimas traen a la Devesa de l’Albufera aves del norte de África

El viento del Sáhara provoca la masiva llegada de la cerceta carretona

Malladas recuperadas en el Parc Natural de l’Albufera. | FERNANDO BUSTAMANTE

La presencia de ejemplares de colirrojo diademado (Phoenicurus moussieri) en la Devesa de l’Albufera ha traído en las últimas semanas a ornitólogos de toda España. Una observación inédita en la Comunitat Valenciana y que los expertos achacan a las calimas de finales de marzo, que favorecen su dispersión. Especialmente cuando se trata de ejemplares jóvenes de macho, como es el caso. Su presencia en Europa se considera accidental, pues no se trata de aves migratorias.

Las calimas traen a la Devesa de l’Albufera aves del norte de África

El colirrojo diademado se distribuye por todo el norte de África, desde Marruecos a Libia, ocupando el territorio al noroeste del Sáhara. Sus desplazamientos suelen ser cortos y estacionales, pero en sus áreas habituales.

Según los técnicos, se trataba de machos en su primer año de vida, más proclives a explorar nuevos territorios frente a los adultos que suelen disponer de territorios de cría ya establecidos. Su presencia en la Devesa se mantuvo hasta principios de abril.

Tal como apuntan desde el Servicio Devesa-Albufera, las situaciones meteorológicas registradas desde mediados de marzo pueden favorecer la llegada de migratorias que retornan a Europa para reproducirse tras pasar el invierno en el sur del Sáhara. De ahí el número destacado de golondrina común (Hirundo rústica), vencejo común (Apus apus), vencejo real (Tachymarptis melba) y colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus). La irrupción de polvo sahariano a través de Argelia, con fuertes temporales de levante, propiciaron también la llegada de más de doscientos ejemplares de cerceta carretona (Spatula querquedula) en diversos puntos del humedal. Cifras más elevadas de lo habitual atl como apuntan.

Una rica biodiversidad

El vicealcalde de València y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, destaca que el avistamiento del colirrojo diademado «sea seguramente único en la península ibérica». Algo que no deja de sorprender, por lo que no dudaba en calificar el hallazgo de «rareza ornitológica». Una situación que viene a evidenciar la rica biodiversidad que encierra la Devesa. Campillo aprovechaba para reclamar respeto para no molestar a la fauna y no provocar problemas. «El tiempo dirá si es un fenómeno particular o si la especie está en expansión y acabará asentándose en esta parte de la península», explica.

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