El paso hacia la nueva normalidad (o su última versión) tras dos años de pandemia se dio hace dos semanas pero va a ser la que viene, con las fiestas de Semana Santa, cuando realmente se empiece a notar que estamos en esa nueva realidad en la que hasta los positivos de covid podrán estar de vacaciones. Y es que el cambio de estrategia en el abordaje de la pandemia -sin confirmar positivos en casos leves ni aislamientos obligatorios- supondrá que es más que posible que en ese hotel al que vamos de vacaciones o en esa casita rural compartiremos comedor con un positivo de covid-9 o nosotros mismos lo seremos estando allí.
Las indicaciones de Sanidad sobre qué hacer si se tienen síntomas compatibles o se sospecha que uno puede haberse contagiado son claras: usar la mascarilla, evitar en lo posible las interacciones sociales y evitar, especialmente, a los más vulnerables y los actos multitudinarios, pero son eso, recomendaciones y queda a juicio de cada uno seguirlas o no.
No será lo mismo saberse positivo con síntomas leves si tenemos planeado un viaje con la familia a una casa rural unifamiliar en mitad de las montañas (y además, el resto ya lo han pasado) que haber planeado una escapada a un hotel o a una casa compartida con varios grupos familiares o de amigos y que haya, además, personas vulnerables entre ellos. Siendo así, la administración ha diseñado un protocolo específico para que los gestores de alojamientos turísticos sepan qué hacer en estos días de Semana Santa si entre sus huéspedes hay algún cliente positivo que, además, sea consciente de que lo es y, además, lo comunique.
Alternativas en el comedor o las duchas
Lo primero, tener preparadas alternativas al espacio de comedor para que estos usuarios se junten lo menos posible con el resto de comensales. Aquí la Dirección General de Salud Pública propone restringir el acceso a la cafetería o a cualquier espacio cerrado donde se coma o se beba -incluso que no puedan participar en el bufé- pero ofrecer otras opciones para comer como disponer de servicio de habitaciones, reservar una parte del comedor "más aislada y ventilada" para dar el servicio de comidas a los positivos, reubicarlos en las terrazas para comer o prever un horario diferente de comidas para ellos en el mismo espacio.
Ya no es necesario aislarse, pero Sanidad pide a los empresarios que lo faciliten si lo pide algún cliente
Sanidad también tiene en cuenta el uso compartido de otras instalaciones como zonas de spa o sitios donde no se pueda usar la mascarilla. Ahí, propone que se les restrinja el acceso o facilitarles duchas individuales o en horarios exclusivos en el caso de servicios necesarios, como las duchas de los camping, por ejemplo.
Habitación con TV e internet y balcón si se aísla
Si una vez en el destino, la persona contagiada desarrolla síntomas y decide autoaislarse o al menos salir lo mínimo de su habitación, desde Sanidad recomiendan a los empresarios turísticos facilitar que lo puedan hacer dándoles una habitación con balcón o terraza o al menos con ventilación natural, procurándoles acceso a teléfono, internet y televisión en la habitación o enseres de limpieza propios si se acuerda. Si hay servicio de habitaciones, la comida se tendrá que dejar en una bandeja sobre un carro en la puerta y si, en el alojamiento no hay servicio de habitaciones, se puede recurrir al servicio de comida a domicilio o incluso de compra online a supermercados.
La administración recomienda también a los hoteleros que faciliten que estos clientes puedan alargar su estancia si fuera necesario, sobre todo si la vuelta la tenían planeada por ejemplo en un transporte colectivo u ofrecer alojamientos separados para que la pareja, los hijos o los amigos con los que ha viajado no tengan que convivir con esa persona. Eso sí, el que se facilite una habitación más tiempo del previsto no implica que los empresarios lo tengan que hacer de forma gratuita.
