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Apuesta tecnológica para el futuro

El Consell invierte dos millones de euros en la que será la «escuela» de Inteligencia Artifical para formar a la próxima generación de expertos, mientras la UPV organiza talleres de programación para escolares y adolescentes con tal de despertar vocaciones

Un grupo de niñas en las actividades del «Arduino Day», en el campus de Vera de la UPV, el viernes. | LEVANTE-EMV

La Inteligencia Artificial, la programación, la robótica... son áreas de conocimiento que marcarán el futuro, pero también cada vez más el presente. Conscientes de esto, y de las oportunidades laborales que puede suponer el auge de estos sectores como salida laboral para un gran número de trabajadores —además, en general, con buenas perspectivas de remuneración—, el Consell ha decidido apostar por la formación en Inteligencia Artificial (IA) mientras que instituciones como la Universitat Politècnica de València siguen despertando vocaciones en escolares hacia las áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

El viernes, el pleno del Consell aprobó un convenio para la puesta en marcha de la que será una «escuela» de Inteligencia Artificial. La ValgrAi —Escuela de postgrado y Red de centros de Investigación de IA de la C. Valenciana— contará con dos millones de euros para dar sus primeros pasos en la formación de la «próxima generación de personal experto en Inteligencia Artificial de la Comunitat y con ello contribuir a la transformación del modelo económico de nuestro territorio», explican desde la Conselleria de Innovación.

Este convenio se desarrolla dentro de la Estrategia de Inteligencia Artificial Valenciana, y ValgraAI —fundación privada de carcácter científico-educativo, sin ánimo de lucro y bajo el protectorado de la Generalitat—, hará de «puente entre las universidades públicas y otros actores en actividades de formación, investigación, difusión y transferencia tecnológica sobre inteligencia artificial y disciplinas relacionadas».

Así, como explica la conselleria, los dos millones de euros irán destinados a desarrollar estudios de formación de postgrado y cooperar en la impartición de los ya existentes; contratar personal investigador en IA; promover la transferencia tecnológica; o facilitar la captación de talento por las empresas.

Al frente de la dirección científica de ValgrAI está Vicent Botti, profesor de la Universitat Politècnica de València. Precisamente la UPV acogió el viernes la celebración del «Arduino Day», una fecha para recordar el lanzamiento de la conocida plataforma de hardware y software de código abierto, básica en la programación tecnológica, un escalón previo a la IA.

La base de una casa inteligente

Alumnado de Primaria y Secundaria de hasta 15 años pudo participar en talleres y actividades organizadas por la UPV —a través de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño (Etsid)—; la Asociación Bylinedu y la empresa Electrón Perdido, con el objetivo de acercar la tecnología a niños y niñas.

Leopoldo Armesto, profesor en la Etsid, explica que el objetivo de actividades de este tipo es «tratar de despertar interés por la ciencia y la tecnología, sobre todo pensando en edades tempranas».

Arduino es un programa especialmente conocido en los centros educativos de todos los niveles, sobre todo para iniciar al alumnado jugando con la robótica. Como apunta Armesto, esta tecnología permite hacer «experimentos muy prácticos con los que son capaces de ver determinadas aplicaciones y hacer muchos proyectos creativos» y, además, «desarrollar pensamiento lógico y computacional».

Por ejemplo, Arduino —o placas electrónicas similares— están detrás de la robótica, la domótica (casas inteligentes), los drones, las impresoras 3D, la bioinformática o el arte, entre otras aplicaciones.

Por su parte, Bernat Llopis, cofundador de la Asociación Bylinedu —formada por voluntarios—, defiende que la programación es el «futuro» y los robots «ya el presente», y explica que iniciativas como la del viernes permiten a menores con pocos recursos «venir a la universidad, ver la tecnología y darles herramientas para que se defiendan en la vida».

Llopis destaca, sobre todo, la importancia de «empoderar» tecnológicamente a las niñas. «Hacemos las actividades de forma amigable, con proyectos reales de situaciones o problemas reales del día a día que se puedan solucionar mediante la tecnología», explica. Se trata de «humanizar la tecnología».

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