El nuevo Plan Hidrológico del Júcar garantizará a partir de este año un caudal fijo de agua a la Albufera, lo que supone un hito histórico para la conservación del lago valenciano y de su ecosistema. Así ha quedado aprobado esta mañana en la votación de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), con un resultado de 49 votos a favor, 10 en contra y 12 abstenciones. La aportación de agua limpia al humedal valenciano es una de las grandes novedades del plan con respecto al anterior, cuyo periodo de vigencia es de 2022 a 2027.
El Ministerio de Medio Ambiente, a través de la CHJ, ha atendido las exigencias del Ayuntamiento de València, titular del lago, con el humedal, uno de los más importantes de España por muchos motivo. Además de garantizar el futuro del lago, el nuevo Plan Hidrológico conlleva más consecuencias positivas, como la protección del ecosistema lagunar. Tanto el presidente de la CHJ, Miguel Polo, como la concejala del Ciclo del Agua de València, Elisa Valía, han mostrado su satisfacción por la bocanada de aire fresco, agua en este caso, que el nuevo plan supone para el parque natural de la Albufera, que lleva soportando periodos muy críticos en invierno por la falta de aportación de agua en esa época, durante la conocida 'perellonà', periodo en el que se cierran los 'tancats' y se inundan los campos de arroz. Eso ya no pasará, ya que ahora habrá un aporte asegurado de 60 hectómetros cúbicos al año. "Con las aportaciones fijas de agua limpia que habrá en invierno, cuando no hay regadío, la salud del lago en la 'perellonà' está garantizada", ha explicado el presidente de la CHJ, Miguel Polo.
Desde el Ayuntamiento de València, Elisa Valía ha celebrado la aprobación del nuevo plan por lo que supone para el parque natural. "Para nosotros este es un plan más que satisfactorio, porque por fin va a haber una aportación de agua suficiente para el lago. Es la culminación de la relación con la Confederación y garantiza la seguridad del lago", ha explicado. Valía ha reconocido que el esfuerzo de la Confederación supone "el mayor gesto de sensibilidad que ha habido del gobierno español hacia la Albufera" hasta el momento.
Como ha recordado el presidente de la CHJ, la Albufera es un lago de agua dulce gracias a los excedentes del regadío durante los últimos 300 años, pero la falta de aporte hídrico en invierno, y otras muchas causas como los vertidos del pasado siglo, dañaron su salud de forma drástica. En los últimos años, la CHJ nutría al lago de forma intermitente con excedentes de agua, pero el Ayuntamiento de València, junto con la Conselleria de Medio Ambiente, llevaban tiempo exigiendo que la contribución de agua debía ser fija y permanente procedente de los ríos Júcar y Túria.
