Necesitan empezar una nueva vida en España y el sector de la hostelería busca con urgencia a trabajadores de cara a la próxima temporada alta de verano. La Generalitat ha instalado en el complejo de Ciudad de la Luz un centro formativo para que refugiados procedentes de Ucrania adquieran las nociones básicas para trabajar en este sector. La formación corre a cargo del personal del Centro de Desarrollo Turístico de Alicante aprovechando además las cocinas que la asociación Alicante Gastronómica Solidaria tiene en el antiguo complejo cinematográfico. El pasado martes arrancó el primero de estos cursos, el de manipulador de alimentos, al que se han apuntado 40 personas. La semana que viene está previsto que arranquen también nuevos cursos de cocina.

El secretario de Turismo, Francesc Colomer, visitó las instalaciones en las que se desarrolla esta formación que espera ayude a un sector necesitado más que nunca de mano de obra y ante el verano de la recuperación tras la covid, cuando se prevé una gran afluencia de turistas a la provincia. «A nivel mundial se habla de la “gran decisión” que ha traído la pandemia, un movimiento por el que muchas personas están abandonando su oficios previos a la crisis sanitaria y la hostelería se resiente también».

Sólo en Benidorm, recordó Colomer, hay entidades que han cifrado en 4.000 la necesidad de trabajadores en la hostelería, «aunque la cifra es elástica y se va cubriendo en función de la estacionalidad», explicó el secretario de Turismo. Ante la escasez de trabajadores para la temporada alta, los hosteleros de la ciudad turística han tenido que abrir un portal de internet para gestionar sus propias reservas y ofrecer facilidades a los aspirantes a trabajar, por ejemplo de alojamiento, a través de un convenio con la Asociación de Apartamentos Turísticos (Aptur) y con particulares que quieran alquilar sus viviendas, y que permitiría a estos trabajadores alojarse en pisos compartidos por un precio de unos 12 euros diarios.

Los hoteles también tienen necesidades de encontrar mano de obra, especialmente durante la temporada alta para cubrir el 25% de puestos que actualmente son eventuales, según explicñó Nuria Montes, secretaria general de la Asociación Hostelera de la Comunitat Valenciana. Esta cifra supone en torno a los 2.250 puestos laborales de los 9.000 con los que cuenta la planta hotelera alicantina y para Montes la formación de refugiados ucranianos es una «piedra más en la pared» para que el sector pueda cubrir sus necesidades de cara a este verano.

Formación básica

De momento, a los refugiados se les va a ofrecer una formación básica y corta en el tiempo de manera que en verano puedan estar a disposición de ser contratados por hoteles o bares y restaurantes. Respecto al perfil, Colomer destacó que la mitad de las personas que han llegado como refugiadas a Ciudad de la Luz cuentan con formación superior «y tienen una facilidad en el aprendizaje del castellano».

Ciudad de la Luz se suma a los cursos que arrancaron semanas atrás en Benidorm con la asistencia de 40 personas y Colomer no descarta que se amplíen a otras zonas de la Comunitat Valenciana a través de la red de CDT. El programa formativo básico para las personas refugiadas ucranianas que están llegando a la Comunitat Valenciana tiene el objetivo de proporcionarles la mínima capacitación profesional para incorporarse a trabajos de hostelería y alojamiento. El programa ofrece el curso «Manipulación de Alimentos», que habilita para trabajar en hostelería, de 5 horas de duración pero también de «Operaciones básicas en cocina», «Operaciones básicas en sala» y «Operaciones básicas en pisos y limpieza», de dos semanas de duración cada uno de ellos. Los cursos se imparten en idioma ucraniano, son gratuitos, y presenciales.

Centro de acogida

Además de la formación para que los refugiados ucranianos puedan trabajar en el sector de la hostelería, el complejo de Ciudad de la Luz acoge también un centro de recepción y estancia de personas que huyen de la guerra. El centro ocupa una superficie de 7.600 metros cuadrados en cuatro platós de los antiguos estudios de cine, de ellos 6.200 son para habitaciones y 1.400 para la zona lúdica y comedor. En total, tiene cabida para acoger a 500 personas. Se han instalado más camas de las inicialmente previstas dado el gran volumen de refugiados que está llegando a Alicante y que previsiblemente se mantendrá en las próximas semanas conforme el conflicto se recrudezca. También se han creado zonas para que los niños jueguen, un área sanitaria para realizar pruebas de coronavirus y vacunar a los refugiados que lo deseen.

En otra nave se ha acondicionado con un inmenso comedor y una zona de esparcimiento con sofás, televisores, puntos de acceso a internet y más zonas de juego para los niños. En las instalaciones exteriores del recinto está previsto que se instalen zonas deportivas para que los menores practiquen fútbol o baloncesto, además de un escenario para que pueda haber actividades de teatro y recreativas, ya que, según señaló la Generalitat, son muchas las asociaciones culturales que se han ofrecido a hacer más llevadera la estancia de estas personas refugiadas.

También habrá zonas de sombra en previsión de que la llegada de refugiados se prolongue en el tiempo.

A los cursos de Ciudad de la Luz asisten refugiadas como Anastasia, que se encuentra alojada en Ciudad de la Luz con sus dos hijas pequeñas. En Ucrania no trabajaba para poder cuidar de las pequeñas, pero en España «tendré que trabajar en lo que sea, así que estoy muy agradecida a España por esta formación», señala esta refugiada. Lamenta esta joven que el hecho de estar en Ciudad de la Luz les resta oportunidades para buscar trabajo, ya que la zona está muy alejada. «Nos dijeron que estaríamos aquí por dos o tres días, pero está siendo más tiempo».

También Svetlana recibe formación básica para lanzarse en el mundo de la hostelería, un sector que ella conoce bien porque en Ucrania tenía un negocio turístico. Llegó a Alicante en compañía de su hijo y con su perro y cree que cursos como estos son una buena oportunidad para encontrar un trabajo en España e iniciar una nueva vida hasta que pueda regresar a su país.

Unos 80.000 refugiados han llegado a España procedentes de Ucrania, huyendo de la invasión rusa. A todas estas personas, el Gobierno concede un permiso temporal de un año prorrogable a tres para trabajar y moverse por la UE. Los refugiados se concentran sobre todo en Cataluña, Madrid, Valencia y la provincia de Málaga, zonas donde ya había una importante colonia ucraniana.