El coronavirus lo ha cambiado todo. Las restricciones fijadas por las Administraciones públicas con el objetivo de frenar los contagios cancelaron ferias y festivales por todo el planeta. Han sido dos años a la espera de la ansiada «vuelta a la normalidad». Ahora, los eventos, poco a poco, están siendo recuperados. Y la gente no duda a la hora de responder.

Así lo confirman los datos de asistencia de la 32ª edición de la Mostra de Vins de València, que ha vuelto a llenar de visitantes los Jardines del Túria. Fuentes de la organización adelantaron ayer a Levante-EMV que, a falta de los registros de hoy, último día en la que permanecerá abierta, se estima un aumento del 25 % respecto a 2019, último año que se celebró la cita con más de 50.000 personas.

Epicentro de la ciudad

Rosa Vázquez, directora de Productos de Calidad Comunitat Valenciana (Proava), aseguró que el evento está más que asentado en el calendario festivo de la ciudad de València: «Después de Fallas, los Jardines del Túria se convierten en el epicentro social. Y la Mostra de Vins es una cita ineludible».

La portavoz de la entidad organizadora del encuentro confirmó que el sábado se tuvo que cortar la venta de entradas online por la gran afluencia: «Vimos que el ritmo de venta iba en aumento y las colas a la entrada ya eran muy largas. Queremos que la gente que venga se divierta y esté cómoda. La estancia media es de entre cuatro y cinco horas. En la Mostra de Vins nunca te aburres».

Un treintena de bodegas valencianas se han dado cita este año en la iniciativa. Una de estas firmas en Tarongino, que comercializa vino de naranja y pomelo. Guillermo Antelo, gerente de la empresa, realizó una evaluación muy positiva en su tercera participación en este certamen: «Parece que hay más gente respecto a la última edición, que fue antes de la pandemia. No hay duda de que había muchas ganas de volver. En un buen día hemos podido servir unas 700 copas, lo que equivale a 90 botellas. Y ese es un dato muy bueno», resalta.

Novedades

Sandra Medina y Miguel Ángel Tarancón son asistentes veteranos y ya conocen la mostra de ediciones anteriores a la covid. Destacaron que la nueva modalidad de acceso —con una pulsera y una aplicación— y el nuevo «túnel de la experiencia» complementan la visita: «Hemos venido cuatro o cinco veces. El túnel de la experiencia parece un acierto, ya que hace que la oferta sea más variada. Y entrar con la pulsera es mejor, no tienes que ir con tickets».

Eva Moro se trasladó a València desde Valladolid hace años y ya había asistido con anterioridad. Ayer repitió en la Mostra de Vins con un grupo de amigas: «Es una pasada estar aquí de nuevo».