"La gota que ha colmado el vaso". Así definen fuentes de la Associació Valenciana d'Agricultors (Ava-Asaja) lo que supuso el diluvio que cayó ayer en València, que descargó más de 200 litros por metro cuadrado en tan solo 24 horas, tal como ha detallado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su informe de un día histórico meteorológicamente hablando.
Aunque las primeras estimaciones de Ava-Asaja hablan de 30 millones de euros en pérdidas en marzo y abril, "los números van aumentando cada vez más conforme llueve y se inundan los campos", explican fuentes de la asociación.
Lo (poco) positivo tras la tormenta
La Unió de Llauradors reconoce que los aspectos negativos superan a los positivos, pero destaca que la lluvia es buena para regenerar los acuíferos, regenerar los pastos y las zonas secas de interior. Asimismo, apuntan que en las zonas de riego por goteo de costa, las lluvias sirven para ahorrar esa energía que no gastas. En ese sentido, es un "balón de oxígeno".
A los trabajadores del campo se les ha juntado la sequía de los primeros meses de 2022 con las lluvias de marzo, las heladas de abril y el granizo y más lluvia de estas semanas. Lo cierto es que el temporal está retrasando (y también echando a perder) la cosecha de frutas, verduras, hortalizas que llegarán tarde y mal al mercado.
Carles Peris, secretario general de la Unió de Llauradors, explica a este periódico que el granizo que cayó la semana pasada ha afectado a viñas en Utiel Requena, en Camporrobles, la Vall d'Albaida y la Costera. Las heladas han afectado a cerca de 3.000 hectáreas.
"No se ha sembrado chufa todavía y lo poco que sí se ha sembrado en l'Horta no saldrá porque se pudrirá"
El exceso de lluvia y humedad ha provocado, además, el retraso en la siembra del arroz y la chufa. "No se ha sembrado chufa todavía y lo poco que sí se ha sembrado en l'Horta no saldrá porque se pudrirá", lamenta Peris. Asimismo, todos los cultivos de cebolla y patatas de las zonas bajas se han dado por perdidos por el exceso de humedad y después de lo de ayer "más aún".
Peris destaca el retraso en la plantación de melón y sandía y en las hortalizas. "Esto es muy negativo porque no permite que el producto salga al mercado de forma escalonada, sino que habrá un exceso de producción y eso nunca es bueno" así como la paralización del final de la campaña de cítricos que está haciendo a los agricultores "sufrir mucho".
"La tierra está harta de humedad, no se desagüen los campos, se acumula el agua y eso provocará que se pudran los alimentos y que salgan hongos, así como la debilitación de los árboles y más daños colaterales que aflorarán en unos meses".
La Unió calcula unas pérdidas de 61 millones de euros en todos los procesos desde marzo y una afectación a 6.500 hectáreas de campo.
