Para pasear, respirar la brisa, hacer deporte, leer o tomar el sol. A todas estas acciones que se hacen habitualmente en una playa se suma la de aprender. Esta es una de las certezas que quedan después de visitar el CEIP Pinedo. El colegio público de esta pedanía de València es un centro abierto al mar por todos sus costados. A pocos metros de las dunas y sin muros en sus pasillos, disfrutan de vistas desde las aulas y han hecho de la arena un espacio educativo más.

Así lo comprobó ayer una delegación internacional con una veintena de expertos de diferentes países, en una actividad que fue la antesala del congreso internacional que hoy y mañana acoge València con la presencia de ministros de 14 países y representantes de la OCDE.

Un colegio abierto al mar que encandila a los expertos internacionales

El colegio es un ejemplo por su relación con el entorno: además de la playa, también con el Parque Natural de l’Albufera y los campos de arroz. La organización lo eligió, además, por ser un referente en sostenibilidad, una de las líneas del trabajo de la cumbre.

De esta manera, expertos y observadores de Singapur, EE UU, Reino Unido, Suiza, Alemania, Polonia y Países Bajos, acompañados por el secretario autonómico de Educación y FP, Miguel Soler, recorrieron las aulas y hablaron con el alumnado y profesorado.

Interacciones en clase

Con cerca de 430 escolares, el 50 % de clases se imparten en inglés y el otro 50 % en valenciano (25 %) y castellano (25 %). Entre las preguntas de los observadores estaba esta cuestión, además de la integración del alumnado con necesidades educativas especiales (NEE).

«Es una escuela muy abierta, en la que los niños interactúan mucho entre ellos; eso es esencial en Primaria: aprender a trabajar juntos, en grupo», destacaba a Levante-EMV Mike Thiruman, un observador de Singapur.

«Nos fijamos en las interacciones entre el alumno y el profesor y de los escolares entre ellos, porque a estas edades la construcción de relaciones es esencial, además de habilidades como hablar y argumentar», añadía. En su opinión, la pandemia del coronavirus «nos ha forzado a usar la tecnología, pero también hemos aprendido que no enseña, que lo hace el maestro. Creo que ha puesto en valor el rol del profesorado, sobre todo en las familias».

Por su parte, Tamar Van Gelder, de Países Bajos, aseguraba que es «encantador ver una escuela tan abierta, en su edificio pero también en su funcionamiento». «Cuando voy a los colegios me gusta preguntar si los profesores disfrutan de su trabajo, porque con profesores felices hay estudiantes felices», añadía. «Aquí creo que el mar ayuda», decía sonriendo.

Una niña hace uso de los recursos educativos en el CEIP Pinedo. GERMAN CABALLERO

La directora de la escuela, Lola Canosa, sacaba pecho de ser anfitriones. «Para nosotros ha sido un orgullo y un honor. No hemos preparado nada especial de lo que hacemos normalmente, esto es lo que nos caracteriza. Estamos satisfechos y contentos», reconocía a este periódico. Además, incidía en la actitud proactiva del alumnado para hablar con los visitantes. «Hemos comprobado que el nivel de inglés es bueno, porque les han entendido perfectamente cuando les han hablado», apuntaba orgullosa.

Ayer también hubo visitas en la Escuela Infantil Príncipe Valiente de Manises; los IES El Cabanyal y Districte Marítim, y el CEIP Les Arts y algunos Cefire, todo en València.

València es hoy epicentro de la educación mundial

Las visitas a los centros educativos han sido la antesala de la Cumbre Internacional de la Profesión Docente que València acoge hoy y mañana. En ella participan los ministros, viceministros y secretarios de Estado de Educación de una quincena de países de la OCDE que, junto con los líderes de los sindicatos docentes de los distintos Estados, marcarán la hoja de ruta educativa de los próximos años. El lema de esta edición es «Avanzando después de la pandemia: Gobiernos y sindicatos docentes trabajando juntos para no dejar a nadie atrás».