Vicent Marzà abandona la Conselleria de Educación. Ha sido el conseller más longevo al frente de uno de los departamentos más complicados de la Generalitat. Pero Marzà ni se marcha, ni deja la primera línea. Al contrario, refuerza su perfil político con las elecciones autonómicas, previstas para mayo de 2023, en el horizonte. El movimiento se presenta como una estrategia para fortalecer Compromís, pero pone también al dimisionario conseller en la carrera electoral y en la recámara ante lo que pueda suceder.

Compromís podría tener que afrontar en un horizonte no demasiado lejano la posible imputación de su lideresa y vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra. Y Marzà, coordinador político en la ejecutiva de Més, el principal partido de Compromís, refuerza su perfil, alejado de la gestión al frente de la Conselleria de Educación, donde deja a la número dos en el departamento, la exalcaldesa de Sueca, Raquel Tamarit, en un recambio de clara continuidad.

Marzà se marcha para tratar de revitalizar la coalición y aumentar su pulso político a un año de las elecciones y cuando los sondeos señalan cierto desgaste en una coalición que logró 19 diputados en 2015 pero que cayó hasta los 17 en 2019. Una decisión que Marzà toma por iniciativa propia y de la que informó a la vicepresidenta Oltra el martes, pocas horas antes de que se hiciera público ayer por la mañana.

Vicent Marzà dimite para centrarse en su partido

Vicent Marzà dimite para centrarse en su partido Foto: F. Bustamante | Vídeo: A. Iranzo

Precisamente en Compromís se descartaba el mismo martes que la coalición se dispusiera a hacer algún cambio en sus conselleries, lo que evidencia que la salida es una iniciativa de Marzà después de que Oltra comunicara a los consellers de la coalición que Puig prepara cambios.

La salida del Consell interpela de alguna manera a la vicepresidenta, a quien la oposición exige a diario la dimisión, una presión que ha aumentado en las últimas horas con declaraciones como las de la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, que ha dicho que ella dimitiría si estuviera en la posición de Oltra. Pero la vicepresidenta no se siente presionada. En esa situación, Marzà se posiciona para el futuro. Asegura que estará siempre a disposición de su partido y nunca se descarta. Ya lo hizo antes de la pandemia. «Estaré barriendo la sede o de conseller, donde mi partido me sitúe», suele decir. Ayer también lo dijo. «Estaré construyendo país y una sociedad más justa; puede ser que alguien aprovechara el hecho de ser conseller para liderar después alguna plataforma, pero no es mi forma de ser, no quiero aprovecharlo para cuestiones partidistas», dijo. Y asegura que no tiene ninguna ambición personal y solo le impulsa lo colectivo.

Cierre de filas con la lideresa

Los principales referentes de la coalición han cerrado filas con Oltra y han abierto la puerta a que pueda presentarse como candidata a las elecciones de 2023 incluso si fuera imputada por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ).

Pero por lo que pueda pasar la opción de Marzà está, aunque en principio el que más opciones tendría de encabezar una candidatura sería el diputado en el Congreso, Joan Baldoví.

Con todo, Marzà marcó cierta distancia con Oltra ayer. Midió sus palabras, evitó comentarios elogiosos hacia la vicepresidenta y la encargada de realizar el cierre de filas con Oltra fue la secretaria general de Més, Àgueda Micó.

Ella sí señaló que Oltra tiene la máxima confianza y el apoyo de toda la organización y que se ha ganado el derecho a decidir su futuro político. Marzà dijo que no entraba a a valorar otras decisiones y que él tomaba la suya acordada consu partido. «Cada uno tenemos una manera de gestionar y gobernar. Las personas pasamos, quedan las políticas», señaló.

El conseller saliente ha aprovechado el contexto de remodelación del Gobierno abierto por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tras la salida del portavoz parlamentario socialista, Manolo Mata, de las Corts.

Insistió ayer en que deja Educación con la pandemia ya controlada y que esa es una de las claves de una renuncia que meditaba desde hace tiempo. Lo hace en un momento de remodelación del Ejecutivo valenciano para encarar el final de la legislatura con aires nuevos y vigor reforzado. Pero con un contexto enrarecido.