La consellera de Sanidad, Ana Barceló, fue ayer la primera pieza en caer dentro de la remodelación del Ejecutivo que hoy oficializará el president, Ximo Puig. El también líder del PSPV llamó por la tarde al Palau de la Generalitat a la consellera para comunicarle su decisión. Según ha podido saber este diario, Puig le ha dicho a Barceló que el lunes propondrá a la ejecutiva del partido, que se reúne en Orihuela, que apruebe su nombramiento como relevo de Manolo Mata.

La renuncia de Mata a la portavocía del grupo parlamentario es la espoleta que ha hecho estallar una reforma del Ejecutivo que se completará hoy con el nombramiento del nuevo conseller de Sanidad, el único nombre que faltaría por conocerse de una remodelación profunda que afecta a cuatro de las cinco conselleries en manos de los socialistas.

Barceló regresa así a las Corts, un medio que conoce bien y donde se fraguó el reconocimiento de sus compañeros de partido como síndica adjunta durante la pasada legislatura. Hasta que Puig la reclamó para el Consell para cubrir la vacante que Carmen Montón dejaba en Sanidad al irse al lado de Pedro Sánchez como ministra del ramo.

Lo que viene después es conocido y tiene un nombre repetido: pandemia. A Barceló le ha tocado estar al frente del departamento que ha tenido que lidiar con el grueso de la gestión de la covid-19, un episodio histórico desconocido para el que las instituciones sanitarias no estaban preparadas en el inicio y que ha dejado, y sigue dejando, una lista de miles de muertos que suma ya 9.345 víctimas en la Comunitat Valenciana. Barceló compareció a diario ante los medios durante meses, en los momentos más duros del coronavirus. El desgaste, traducido también en denuncias judiciales, ha sido importante.

En el terreno personal, la consellera Barceló (Sax, 1959) tuvo que pasar un periodo de hospitalización el pasado mes de febrero a causa de una pancreatitis. Ha visto además cómo parte de su equipo iba cambiando durante este tiempo.

El regreso a la sindicatura del grupo en las Corts es ahora una salida digna hacia un destino nuevo de uno de los miembros del Consell más conocidos por el gran público. En el futuro, la mirada pasaría por la candidatura del PSPV al Ayuntamiento de Alicante. Pero ese recorrido está aún por andar.

La salida de Barceló del departamento que mayor presupuesto tiene hacia el parlamento autonómico fue el único que cambio que se oficializó ayer, pero no el único sobre la mesa. La salida de Vicent Soler y Carolina Pascual del ejecutivo autonómico dejando sus responsabilidades en las consellerias de Hacienda e Innovación, así como el cese a última hora del día de Rebeca Torró como secretaria autonómica de Economía Sostenible precipitó la quiniela de nombres. Torró se hará cargo de Política Territorial para cubrir el hueco dejado por Arcadi España, hombre de Puig al que el president habría decidido confiar las finanzas de la Generalitat Valenciana.

Asimismo, la senadora alicantina Josefina Bueno relevará a Pascual al frente de la Conselleria de Innovación y Universidades y que tiene su sede en Alicante. Bueno no es una desconocedora del puesto ya que durante la anterior legislatura ocupó la dirección general de Universidad, Investigación y Ciencia, con competencias similares a las que desempeñará en su regreso al Consell.