En Presidencia tenían claro que una de las claves de la remodelación del Consell era abrir una etapa nueva en la Conselleria de Sanidad, porque los retos que vienen son muy distintos a aquellos a los que se ha tenido que hacer frente en los dos últimos años, especialmente desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020. Si hay alguna conselleria donde el cambio de ciclo resulta más evidente, esa es Sanidad.

El departamento del Consell con más volumen en el presupuesto del gobierno valenciano, casi 8.000 millones, ha tenido como prioridades en estos años, con Ana Barceló al frente, las que a cada momento marcaba la pandemia. Pero el impacto de la covid en la vida de los ciudadanos va quedando ya atrás y, por contra, se presentan nuevas necesidades, como la reorganización de la atención primaria, muy estresada por las consecuencias de la pandemia, y el impulso decisivo a una nueva pandemia, mucho más silenciosa que la de la covid: la de las afecciones sobre la salud mental que los expertos detectan y a la que es necesario hacer frente con más medios.

Esas son las dos grandes claves de la nueva etapa y los dos retos a los que se enfrenta el nuevo conseller, Miguel Mínguez.

Un departamento que bajo la gestión en estos casi cuatro años de Ana Barceló ha sido referente en la lucha contra la pandemia y en el proceso de vacunación y que ha recuperado los departamentos privatizados por el PP en Alzira y Torrevieja, que ha ampliado la plantilla en 16.000 trabajadores pero que ahora se enfrenta a un momento diferente porque las prioridades han cambiado.

Un profesional del sector

El nuevo conseller de Sanidad es sobre todo un técnico. Un profesional del sector. Un médico que conoce de primera mano los problemas de la Sanidad y, sobre todo, que habla el mismo idioma que aquellos a los que va a dirigir. Mínguez es uno de los suyos.

Además se trata de una persona que destaca por su capacidad de diálogo y que ya se ha ganado la consideración de sus compañeros por su brillante currículum antes de hacerse cargo del departamento. Su perfil es totalmente distinto al de Barceló, más vinculada al partido, es abogada, exalcaldesa de Sax, exvicepresidenta de las Corts y ahora síndica parlamentaria tras varios años de adjunta con Manolo Mata.