"La lgtbifobia no son solo los golpes. Es normalizar ciertos chistes o comentarios que pueden ir a más. Es la antesala del odio, que empieza en un discurso y puede acabar en amenazas, agresiones o asesinatos". Alicia Hervás es técnica responsable de discursos de odio del colectivo Lgtbi Lambda. También es quien realiza los informes de lgtbifobia en redes sociales y advierte de que "en lo que llevamos de año ya hemos superado los casos que vimos el año pasado".

"Esto es una mariconada, no me seas nena, travelo, transformer". La discriminación no son solo las agresiones físicas, está todos los días en todos lados, como bien recuerda Lambda con motivo el día internacional contra la lgtbifobia, que se celebra este 17 de mayo. La entidad ha colocado varios "puntos arcoiris" en distintos puntos de la ciudad para informar y asesorar a cualquier persona.

Antonello Ronga es técnico de las oficinas Orienta, especializadas en este tipo de situaciones, y normalmente es quien primero atiende a las víctimas. "Muchas tienen normalizados ciertos comentarios que ya no consideran ni siquiera algo grave. Algunas incluso han llegado a la oficina diciendo 'antes me insultaban o me decían tal cosa, bueno, lo normal' ¿Cómo que lo normal?", lamenta. Estas oficinas de la conselleria de Igualdad realizaron el año pasado 7.107 atenciones (no todas por delito de odio), y una de cada tres fueron a personas trans. Desde 2019 a 2021 estas oficinas realizaron 527 atenciones por lgtbifobia.

Un colectivo que sufre especialmente esta lacra, según advierten Hervás y Ronga. "Son los más afectados pero también los que más cuesta visibilizar porque todavía tienen mucho miedo a denunciar", explica Ronga. Entre otras cosas porque, según dice "existe aún una desconfianza hacia los cuerpos de seguridad, aunque poco a poco va mejorando y se van formando en este tipo de delitos".

¿Cómo distinguir un delito de odio?

"Cualquier agresión en la que se empleen términos despectivos por tu condición, orientación sexual, origen, etc puede ser un delito de odio. Ante la duda, hay que denunciar. Después ya nos encargaremos nosotras de decir si lo es o no lo es". Susana Gisbert es la fiscal responsable de delitos de odio en València, y explica que "las víctimas pueden ir a denunciar ante las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, pero siempre recomendamos que vengan a Fiscalía, porque aquí tenemos abogadas especialistas en la materia". Cualquier posible víctima puede formular su denuncia en comisaría y también en fiscalía.

Uno de los puntos arcoiris colocados por Lambda. Levante-EMV

Ronga asegura que lo más complicado en estas situaciones es "detectar la motivación. Muchas personas lo han normalizado tanto que ni denuncian, pero recomendamos que siempre lo hagan, incluso aunque no estén seguros", dice. "Por ejemplo ¿Si una persona me ha amenazado por la calle y me ha gritado 'maricón' y luego se ha ido debo denunciar? Nosotros creemos que sí. Es posible que no lo cojan, pero es importante al menos que eso quede reflejado en las estadísticas, que se recoja", señala.

Gisbert recuerda que "el 90 % de los delitos de odio nunca se denuncian", y por eso, al igual que Ronga, anima a hacerlo. Los últimos datos del Ministerio de Interior señalan que en 2021 se tuvo conocimiento de 194 incidentes relacionados con los delitos de odio. De ellos, 53 fueron por orientación sexual e identidad de género, la segunda categoría más grande por detrás del racismo (61).

Como recuerda Ronga, la lgtbifobia tampoco es exclusiva de las personas cishetero, dentro del colectivo hay, por ejemplo, plumofobia y otros comportamientos que todos tenemos que aprender a evitar. Para el especialista "la gente ya no se puede excusar en el desconocimiento o en el 'no lo sabía', cuando hace determinado tipo de comentarios".

El odio en las redes

Hervás es una de las responsables del informe "Al Loro", donde Lambda recopila posibles casos de lgtbifobia en redes sociales a través de los propios usuarios que lo denuncian a la entidad. Asegura que "Twitter es la red social donde más detectamos estos discursos, también en Facebook pero mucho menos", además señala que en este informe han incorporado otras redes como Tik Tok.

Gisbert también es consciente de este auge de la discriminación en redes, y recomienda "denunciar y conseguir la imagen lo más rápido posible. No se puede tardar mucho porque luego las publicaciones se borran y se hace mucho más difícil demostrar nada", dice. En la misma línea, pide "denunciar siempre". "Es denunciable todo comentario que provoque que nos sintamos mal u ofendidos, luego ya es trabajo nuestro decidir si es delito o no", cuenta. Y explica además que las propias redes sociales no colaboran "ni Twiter ni Facebook dan las herramientas". En redes, como explica Hervás "el discurso de odio está totalmente legitimado bajo el paraguas de la libertad de expresión. Se exhibe y no pasa nada".

La serofobia también es otro ámbito en el que ha trabajado Hervás, y una discriminación aún presente, sobre todo por la desinformación. "Muchas personas todavía verbalizan en encuestas que siente rechazo si tiene que trabajar con una persona con VIH en su oficina, o si su hijo comparte clase con esa persona", es un ámbito en el que todavía queda por avanzar, explica.

Incluso en el plano laboral la discriminación es patente. "Sobre todo las mujeres trans tienen muchísimas barreras. No pueden acceder a muchísimos, trabajos, o las descartan porque el nombre de la documentación y el del currículum son distintos. Rechazan las candidaturas directamente sin llegar a hacer la entrevista", cuenta.