La crisis de Gobierno ejecutada el pasado fin de semana por el president de la Generalitat, Ximo Puig, se completó ayer con la designación de las personas que cubren las vacantes que quedaban abiertas en la estructura organizativa. En total, dos secretarías autonómicas y dos direcciones generales. Los cambios son menores y marcados por un criterio fundamentalmente de promoción interna. Como publicó este diario, una de las preocupaciones de Puig es que los movimientos en el segundo escalón provocaran un bloqueo administrativo de producirse la entrada de muchos cargos nuevos a un año de las elecciones autonómicas.

La reforma se completa así con escasos cambios en los niveles intermedios de poder. La masa ejecutiva de las políticas se mantiene en cada departamento. En todo caso, Presidencia de la Generalitat no descarta «retoques» en las próximas semanas a propuesta de los nuevos consellers, una vez que estos se asienten en sus puestos. Pero no se prevé que ninguno dé una vuelta de calcetín a los organigramas actuales. Para no desestabilizar.

Los movimientos realizados la pasada semana dejaban dos vacantes principales en el llamado segundo escalón: las secretarías autonómicas de Economía Sostenible y la de Cultura, ya que sus ocupantes durante la primera parte de la legislatura pasaban a ser conselleras, Rebeca Torró y Raquel Tamarit, respectivamente. En el caso de esta última, Compromís ya anunció el jueves su sustituto: Ximo López, hasta ahora jefe de servicio en el departamento. Ese mismo criterio de ascenso «natural» se ha reproducido en la designación por Puig de Empar Martínez Bonafé para el cargo que dejaba Torró.

La hasta ahora directora general de Industria de la Generalitat por cuota del PSPV es ya nueva secretaria autonómica de Economía Sostenible y Sectores Productivos. El pleno del Consell lo aprobó ayer, en su primera reunión tras la remodelación.

El nombramiento de Martínez es un caso de promoción interna en la Conselleria de Economía, en manos de Compromís. Ha sorprendido poco. Es de las personas más veteranas en el departamento que encabeza Rafael Climent La expresidenta de EVAP llevaba en el cargo desde 2015.

Su puesto en la dirección general de Industria será ocupado a su vez por Silvia Cerdà. Esta sí que es una novedad en la estructura del Consell, ya que hasta ahora era la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Onda, gobernado por el PP. Se trata de un gesto hacia el sector industrial de la cerámica, uno de los más afectados por la crisis de la energía a causa de la guerra en Ucrania, al elegirse a una persona de uno de los municipios principales de esta actividad económica.

El nombramiento tiene también una clave territorial hacia Castelló, provincia que solo cuenta con un representante en el primer nivel del Ejecutivo tras la remodelación: el president.

Esa misma clave se puede observar en la otra designación aprobada en el pleno del Consell de ayer. Este dio luz verde a la designación de Clara Tirado como directora general de Cooperación Internacional para el Desarrollo, como ya publicó este diario.

La exdiputada por Castelló ha sido la jefa de gabinete del exconseller de Hacienda Vicent Soler durante la última etapa. Su nombramiento tiene asimismo un alto componente simbólico, ya que fue la parlamentaria que, junto a la ahora consellera Mireia Mollà, encabezó las denuncias y la investigación del llamado ‘caso Blasco’ o Cooperación, que acabó con el exconseller del PP en la prisión por saquear fondos del Tercer Mundo.

Tirado releva a la socialista de Xàtiva Xelo Angulo, que dejó la citada dirección general para asumir el escaño en las Corts dejado por el exsíndic Manolo Mata al renunciar para centrarse en la defensa de uno de los cabecillas del caso de corrupción Azud, el promotor Jaime Febrer.