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Las nuevas residencias garantizarán la atención "en todos los supuestos" con una reserva de atenciones medicalizadas

El nuevo decreto de Igualdad obligará a tener un mínimo de 5 habitaciones de control continuo y doblará las ratios en los centros

Una trabajadora con un anciano de una residencia de L’Eliana. | GERMÁN CABALLERO

Más ratios de personal y centros pequeños parecidos a un hogar. Así es como Igualdad perfila el nuevo modelo de residencias y centros de día. Clave para ello es la aprobación del decreto de tipologías, un texto que aúna y renueva hasta 15 normativas distintas, algunas de las cuales no se modifican desde hacía más de 20 años.

El nuevo decreto limita a 100 plazas las residencias de mayores, y obliga a que estén repartidas por unidades de convivencia. La atención directa se duplica (de 27 a 59 personas por cada 100 plazas), así como los auxiliares de enfermería y se incorporarán nuevos perfiles como terapeutas ocupacionales. En los centros de día las ratios casi se triplican (de 6 a 16,5), los auxiliares de enfermería pasan de 4 a 15 y se introduce la figura del enfermero.

Como explica Igualdad, la antigüedad de estas normas provoca que las ratios y los servicios estuvieran «tremendamente desactualizadas y que no tengan en cuenta los perfiles actuales de las personas usuarias» (por ejemplo, los perfiles actuales tienen mayor grado de dependencia). Conselleria también ha aprovechado en esta norma para «incorporar todos los aprendizajes de la pandemia de covid-19», que provocó la muerte de muchas personas mayores en residencias por falta de medios para actuar o centros poco preparados.

El decreto tiene varias novedades: una de ellas es la creación de un 5 % de plazas «de control continuo» para personas en situación de salud especialmente delicada, que se deberán situar junto a la enfermería del centro. Estas plazas no se contabilizarán como autorizadas.

Además, el decreto obliga a las residencias a «disponer de la capacidad técnica para el diagnóstico y tratamiento con medios propios o externos para poder actuar de forma ágil en todos los supuestos». Incluso prevé la atención psicológica de los internos para facilitarles la adaptación a la residencia, «la convivencia y la resolución de conflictos».

Nuevos horarios y espacios

El texto también supone un cambio en los horarios de atención, comida y actividades en las residencias, empezando por la prohibición de levantar a los internos antes de las 8 de la mañana y acostarlos antes de las 20:30 horas, «salvo por voluntad expresa de la persona residente o criterio terapéutico». El horario de comidas también se pauta en la nueva norma, y establece que los desayunos se deben servir entre las 9 y 10 de la mañana, la comida entre las 13 y 14, la merienda entre las 16:30 y las 17:30 y la cena entre las 19:30 y las 20:30.

Otra de las novedades es que «las personas con suficiente capacidad de autonomía funcional», podrán usar el office (un espacio similar al salón de una casa) para desayunar, merendar, o hidratarse si así lo quieren. En esta línea se van a crear nuevas figuras profesionales como el especialista en terapia ocupacional, para mejorar la autonomía de las personas usuarias.

La norma presta atención en el tiempo para comer y la forma en la que ser realiza esta actividad. Especifica que «no se dará la comida con precipitación que genere estrés y ansiedad en las personas». Por otro lado, «no se utilizarán procedimientos y prácticas que afecten a la dignidad de las personas o que no tengan en cuenta las condiciones funcionales de estas».

También hay un horario pautado para las actividades. Solo podrán realizarse entre las 10 y las 13 o las 16 y las 19. Las actividades técnicas «se realizarán preferentemente por la tarde» y las de rehabilitación por la mañana. Durante el fin de semana «se garantizará una programación de actividades con un contenido más lúdico y convivencial».

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