A la vista de lo que uno puede leer, ver y oír en los medios no todo es lo que parece. Hace unos años Carles Francino, del que por otra parte, soy fiel oyente, dijo que la sequía en el Chad estaba siendo espantosa durante todo el invierno y que aún sería peor cuando llegara el verano, ignorando que en muchos climas del mundo, y entre ellos el del Sahel, donde está una buena parte del Chad, la estación lluviosa es precisamente el verano. Hace muchos menos días, en el programa de RNE No es un día cualquiera, del que también soy fiel oyente, un presunto experto en clima, un biólogo en realidad, al hablar de la ola de calor en La India en los meses de marzo y abril, que es indiscutiblemente inusitada, dijo que si eso pasaba en esos meses aun sería peor cuando llegaran julio o agosto. Otra vez ignorancia manifiesta de climatología regional, ya que en los climas monzónicos como el de la zona de referencia, los meses más cálidos del año son los de marzo y abril, ya que en los meses centrales del verano, julio y agosto, la pluviosidad y la nubosidad, típica de los mozones de verano, hacen que las temperaturas medías sean algo más bajas que en los meses anteriores. También es absurdo anunciar un verano tremendo en julio y agosto porque ya esté haciendo calor en junio, porque una cosa no tiene nada que ver con la otra. Por cierto, ya está bien de considerar a junio como mes primaveral por la absurda convención de que hasta el 21 no empieza el verano “oficial”, asunto puramente astronómico, junio siempre ha sido verano en nuestro clima mediterráneo. No es menos absurdo hablar de al próxima ola de calor como la más temprana de la historia en España cuando la historia de los datos numéricos registrados es más bien corta, apenas 100 años. Siguiendo con las contradicciones, el otro día, justo después de hablarnos, en el día del medio ambiente, de la importancia de las zonas húmedas, salió la protesta de unos vecinos de Castellón por la plaga de mosquitos, con la consiguiente exigencia de una fumigación nada ecológica que acabe con el problema. En fin, así somos.