Tiene 25 años, se ha graduado en Medicina en la prestigiosa facultad de la Universidad de Granada y, de entre las ocho posibilidades en todo el territorio español para formarse como médico legal y forense, ha preferido elegir València. María Ruiz Mira, que obtuvo nada menos que la posición 686 de entre los 8.000 médicos (de 11.800 aspirantes) que han aprobado este año el examen a médico interno residente (MIR), estrena la primera plaza en el Instituto de Medicina Legal (IML) de València como unidad docente.

El Instituto de Medicina Legal se estrena con su primera MIR

«Es un hecho histórico», reivindica, orgullosa, su directora, Elvira Garrido-Lestache, «porque hasta ahora hemos contribuido a la formación de cinco promociones de especialistas en Medicina Legal y Forense, pero no como unidad docente, sino como colaboradores». Ahora, la responsabilidad formativa es completamente suya y de los integrantes del departamento que dirige.

Este año es el primero en que esta especialidad recibe el mismo trato que cualquier otra disciplina médica. Hasta el año pasado, la formación de los médicos especializados en el auxilio a la Justicia –incluso dependen de ese ministerio no del de Sanidad, como el resto de los médicos del sistema nacional de Salud– se formaban a través de una escuela dependiente de cada facultad de Medicina. Un decreto del Gobierno central cambió esa situación en julio de 2020 y equiparó la formación de los médicos legales y forenses al del resto creando el MIR en esta disciplina, que acaba de comenzar su andadura.

En este primer paquete, el ministerio ha reservado solo ocho para esta especialidad de las 8.000 plazas de residentes, distribuidas en otros tantos institutos de Medicina Legal de todo el país. València es uno de esos ocho, junto con Barcelona, Murcia, Zaragoza, Albacete, Burgos, Bilbao y Cáceres. Los únicos que han obtenido la certificación este año.

María, que ha sido acogida «con los brazos abiertos», fue la segunda mejor de los ocho y podía haber optado a cualquier sitio, pero eligió València. Aquí tiene amigos del Erasmus, el instituto tiene un prestigio indiscutible y es una ciudad grande y con posibilidades.

«Sé que no me voy a aburrir»

¿Y por qué ser forense, con ese expediente? «No era mi primera opción durante la carrera, porque esta especialidad se ve (en quinto) de manera muy escueta, casi residual. Pero me gustó muchísimo. A mí me gustaba Psiquiatría. En Medicina no tenemos mucho contacto con forenses, la verdad, sino con otras especialidades. Después, en la academia de preparación para el MIR, nos mostraron vídeos y asistí a charlas y me pareció una especialidad muy dinámica y completa, con muchas posibilidades y con la perspectiva de que podía tocar muchos aspectos y de que no me iba a aburrir, además de ofrecer una buena calidad de vida, así que aposté por ella».

Durante los próximos cuatro años, María recibirá una extensa formación, a caballo entre el IML y el Hospital La Fe, el hospital de referencia de la unidad docente, que la llevará a recorrer las distintas disciplinas que tendrá que dominar para acabar como médico legal y forense si aprueba la oposición, algo que tiene al alcance de la mano dado el exiguo número de MIR, solo ocho, y la perentoria necesidad de especialistas en esta materia.

El instituto al completo está entusiasmado con esta aventura académica, pero también la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, de quien depende el organismo. «Es un hecho histórico que el IML de València se haya acreditado como centro formativo para futuros especialistas y médicos forenses, otorgándoles los conocimientos profesionales esenciales para ejercer, lo que incidirá en la mejora de la praxis pericial médica y, por tanto, dotará de mayor rigor a la Administración de la Justicia». Ahora, ya están pensando en obtener la acreditación para que el año que viene sean dos residentes. Y en el futuro, alguno más.