Mónica Oltra ha comparecido tras su imputación en la habitual rueda de prensa del Consell para señalar que no piensa dimitir, que no hay línea roja para la que se plantee su marcha “porque no hay fase judicial que cambie la realidad”, que pese a su citación como investigada por parte del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana no hay nada que haya cambiado más allá de que tenga la oportunidad de “dar explicaciones” y que el proceso judicial es una “cacería de la extrema derecha”. 

El Consell podría haber aprobado cualquier cosa que este viernes los acuerdos del ejecutivo autonómico simplemente han servido de teloneros antes del gran tema: la situación judicial de Oltra. El futuro de la vicepresidenta no es solo autonómico sino que tiene impacto estatal y la convocatoria ante las primeras explicaciones tras la imputación lo ha demostrado. La líder de Compromís ha intervenido como cada viernes tras el pleno del gobierno valenciano ante una expectación extraordinaria donde el único punto del día ha sido ese, su citación como investigada.

En sus explicaciones, Oltra ha aprovechado el mismo auto con el que el TSJ señala su imputación para defender su continuidad en el cargo y su inocencia. “Cierto es que no existe prueba directa” ha parafraseado la vicepresidenta al escrito judicial que ha servido como principal defensa. Esa frase y enmarcar su situación procesal a una “persecución de la extrema derecha”, el llamado “lawfare” a partir de “denuncias falsas”, se convierten en los motivos de Oltra para aguantar.

Porque continuar el cargo no es solo una forma de “ser coherente” sino que se trata de “una postura ética, estética y política, no personal”. "Si hacen esto conmigo, lo pueden hacer con cualquiera", ha expresado poniendo su caso como una forma de "defensa democrática" frente a la extrema derecha. "Esta gente no puede ganar", ha indicado mientras rechazaba similitudes entre su situación y la de Francisco Camps al ser recordada por sus declaraciones en 2009. "Cualquier comparación con el comportamiento corrupto del PP es odiosa”, ha agregado. 

Preguntada por si ha hablado con Ximo Puig de su imputación, ha señalado que no, pero que cuenta con el apoyo de todo el Consell y que no quieren incrementar “más la presión” sobre el jefe del Consell. Así, ha considerado que su caso no genera "desgaste político” sobre el gobierno del Botànic y que la presión en política “hay que aguantarla”. “Sino uno se dedica a otras cosas”, ha complementado al tiempo que ha rechazado dejar de ser la portavoz del ejecutivo autonómico.