Compromís celebró ayer un acto político con la vista puesta en el próximo año electoral en mitad de una de las semanas más complicadas de la coalición: la imputación de la líder de la coalición naranja, Mónica Oltra, por la gestión y presunto encubrimiento del caso de los abusos sexuales de su entonces marido a una menor tutelada por la Generalitat entre 2016 y 2017.

La presentación de la campaña «Hacia el tercer Botànic» estaba prevista desde hace semanas, pero ha coincidido con la decisión del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana de citar a Oltra como investigada. De esta forma, más que en los lemas e imágenes que el partido iba a desvelar, la atención estaba puesta tanto en la vicepresidenta de la Generalitat como en su reencuentro con sus compañeros de coalición valencianista, especialmente después de que Joan Ribó defendiese la necesidad de tomar una decisión colectiva ante la imputación de Oltra.

Como había hecho el día anterior ante la prensa, la vicepresidenta de la Generalitat insistió ante los suyos en que su imputación no es un asunto «personal» sino «político» y habló de «guerra sucia» en los tribunales, por lo que ella seguirá «en pie» para «ganar» las próximas elecciones. Volvió a dejar claro así que ella no piensa dar un paso atrás a nivel político tras su imputación. De hecho, la vicepresidenta de la Generalitat dejó un mensaje para el PSPV, socio de gobierno de Compromís en el Consell: «El Botànic sin Compromís no es Botànic. El Botànic sin Compromís es García-Page (en referencia al presidente autonómico de Castilla-La Mancha). Es lo que hay».

Lo que tenía que ser el pistoletazo de salida a una precampaña electoral que ya se antoja muy larga se convirtió así en una recolección de apoyos -en forma de palabras, abrazos y mensajes al oído-, de los dirigentes y de las bases de Compromís para su líder. Desde el primer momento, desde que subió bailando al pequeño escenario habilitado en el tramo IX del Jardín del Túria de València, Oltra quiso mostrar una imagen de fortaleza que solo rompió cuando se dirigió emocionada a su madre, hijos y hermano, que se encontraban en la primera fila del acto: «Nunca me he apartado de los valores de dignidad y honradez que me enseñasteis tú y papá -le dijo a su madre-. Puedes ir con la cabeza bien alta». «Lo más importante cada día es que os reconozcáis de la manera de la que os hemos educado en casa y que vayáis con la cara bien alta», le dijo también a sus hijos.

Frente a ella también se encontraban muchos de los nombres importantes de Compromís, como los otros tres miembros de su partido en el Consell -Rafael Climent, Mireia Mollà y Raquel Tamarit-, el presidente de Les Corts, Enric Morera, y la síndica Papi Robles, o la vicepresidente de la Diputación de València, Maria Josep Amigó. Pero también hubo ausencias llamativas, como la del exconseller Vicent Marzà, cuyo nombre ha sonado como posible alternativa a Oltra como cabeza de cartel en las próximas elecciones autonómicas.

Oltra no dudó en vincular su imputación con el rechazo y el «temor» que ha despertado en la derecha y la extrema derecha la llegada de Compromís a las instituciones «para lo importante: que pueda haber una vida digna y un futuro» además de por querer «que el dinero público vaya al colectivo».

La líder de Compromís hizo referencia directa a su proceso judicial al hablar de una «guerra sucia en los tribunales» como medio para «amedrentar a la gente que quiere hacer políticas que no favorezcan a los poderosos». Sobre su imputación, aseveró que se trata «de un tema colectivo y político», motivo por el que se mostró «en pie» ante los asistentes para «ganar las elecciones y ganar vida».

Apoyo «total» de Joan Ribó

Oltra fue la última en intervenir mientras que el primero fue el alcalde de València, Joan Ribó, quien no tardó en intentar disipar dudas sobre su apoyo «total» a la también consellera de Igualdad. Pero aunque dijo que no había «grietas» entre él y Oltra, sí insistió en que la investigación abierta contra la líder de Compromís tiene una vertiente personal y otra vertiente política, y que esta última se tiene que solucionar «colectivamente».

«Todo lo que pedimos y queremos no se entiende sin Mónica», afirmó Ribó que se ha dirigió a Oltra desde el atril para asegurarle que seguirá siendo «imprescindible» y se trabajará «en esa dirección».

Juan Ponce (Verds) mostró también su apoyo absoluto a Oltra y afirmó que se trata de una persecución ante los logros políticos de Compromís. «Nos temen y nos persiguen porque no pudieron con nosotros en las urnas», alegó. Y, en el mismo sentido, Àgueda Micó, secretaria general de Més Compromís, aseguró que la «persecución política» a Oltra se debe a que no les hayan podido «comprar» en los siete años que llevan en las instituciones.

Por último, el diputado nacional de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, tiró de inglés y de alusión futbolera para mostrar su respaldó a la vicepresidenta del Consell. «You’ll never walk alone, Mónica» [Nunca caminarás sola, Mónica], ha indicado, repitiendo la icónica frase del himno del Liverpool. «En mi familia, si atacan a una la defendemos todos, y si tocan a una nos defendemos todos. En mi partido tengo los mismos valores con mi familia, la lealtad. Si tocan a una, nos tocan a todos y si atacan a una, a todos», defendió.

Por otra parte, el Consell Executiu de Iniciativa del Poble Valencià celebró ayer una reunión extraordinaria tras la cual mostró su apoyo «razonado» a Oltra y le animó a «seguir adelante desarrollando políticas valientes que cambian la vida de la gente». Iniciativa insistió en que la imputación de la vicepresidenta «es fruto de una campaña de la extrema derecha subvencionada por las grandes multinacionales con una clara intencionalidad política».