«Piedraluna es una perra encantadora de 8 años, que lleva 7 en el refugio, casi toda su vida. No entendemos cómo es posible que nadie vea la estupenda compañera que hay en ella. Es encantadora con las personas aunque con otros perros tiene algo de mal genio. Le encanta pasear y disfrutar de los mimos y juegos. Su adopción no tiene coste por pertenecer al Club Senior de Modepran». Mensajes como estos proliferan en las redes sociales de las protectoras y en verano se multiplican. No solo de animales mayores sino que también se añaden camadas enteras de cachorros. El abandono es «preocupante y alarmante». 

Estos son los adjetivos que emplea Amparo Requena, presidenta de la protectora Modepran y de Abogados Valencianos en Defensa Animal para definir el abandono de mascotas. Es un goteo que se dilata durante el año, pero en los meses de verano, el número de abandonos aumenta considerablemente. De hecho, solo en los últimos quince días, al inicio de junio y a las puertas del verano, Modepran ha recogido 86 perros y 107 gatos. «Es muchísimo, estamos preocupados». 

Efecto pandemia

«Está habiendo un montón de abandonos, están subiendo como la espuma y pedimos ayuda urgente porque la situación es límite. Es tremendo», dice Requena. Hay jóvenes y mayores, grandes y pequeños. No hay distinción. Si hay algo que destaca de este año es el aumento de camadas de perros y gatos que llegan a las protectoras. Hembras que abandonan embarazadas y que dan a luz a tres, cuatro, cinco cachorros. Modepran hace un llamamiento a la adopción, especialmente de los perros mayores. Otra realidad que agrava todavía más la situación es que, debido al cambio climático, señala Requena, la temporada de cría de gatos se ha desestacionalizado. «La cría de felinos ya no se concentra en febrero o marzo, sino que es un goteo constante, paren durante todo el año». 

Tres gatitos abandonados y recogidos por Modepran. Levante-EMV

Pero, ¿cuáles son las causas del abandono masivo de mascotas en verano? Requena apunta a varias. La primera (la de todos los años) responde a la propia estación estival. «La gente se va de vacaciones y de forma irresponsable se deshace de su animal de familia», explica. Por otra parte, este año se acentúa un fenómeno que se lleva dando desde principio de primavera y es que «a raíz de la pandemia hubo gente que adoptó de manera impulsiva y poco responsable y ahora no se quieren hacer cargo, así que abandonan a sus animales de familia». Una medida para contener estos abandonos es la identificación de cada uno (contemplada bajo ley) para forzar la responsabilidad de las personas que tienen animales domésticos. 

Sin identificación animal

Pero hay un problema: «El 90 % de los animales que recogemos en la protectora no llevan chip, no están identificados, cuando es una obligación desde 1994 recogida en la ley y no ponerles el chip supone una infracción grave penada con multas desde los 600 euros hasta 6.000 euros», cuenta Amparo Requena. Si esto es así, dice la representante, es porque «no se controla en origen. Es una irresponsabilidad de la administración y una muestra de la dejadez y el desinterés ante la obligación de control de chip», valora.

Por otra parte, la presidenta de Modepran expresa que les preocupa «la formación de la policía ante los casos de maltrato animal». «No prestan la atención que merece y ante un delito todos tienen obligación de actuar. Necesitamos a una policía que no le tiemble el pulso ante el maltrato animal», dice. Un maltrato, añade, que no desciende. Hace falta conciencia y responsabilidad.