Si hay una figura política que sale especialmente reforzada de la peor crisis en la historia de Compromís es la del alcalde de València, Joan Ribó.

El veterano político, convertido en este momento en el cargo de mayor peso institucional de la coalición valencianista, ha jugado un papel crucial en las intensas jornadas que acabaron con la salida del Consell de la vicepresidenta, Mónica Oltra, que se vio forzada a dimitir finalmente el martes en contra de su voluntad.

A sus 74 años, Ribó, catedrático de secundaria, ex director del departamento de Química de la Politécnica y alcalde de València desde junio de 2015, ha visto acrecentado su prestigio interno por experiencia y trayectoria política, lo que le permite ser una voz siempre escuchada y respetada por las distintas sensibilidades.

Además, su ascendencia sobre Oltra, con quien coincidió durante años en Esquerra Unida, ha sido decisiva en los momentos más complicados. Es la persona que ha puesto trellat, se destaca internamente, una especie de hombre bueno que intercede en los conflictos, un líder espiritual para la coalición valencianista.

Formalmente no representa a ninguno de los tres partidos que conforman Compromís, Més, Iniciativa del Poble Valencià y Verds Equo, y forma parte de la ejecutiva de la coalición en calidad de representante del colectivo no adscrito, aunque siempre se le ha situado en sintonía con Iniciativa, por la proximidad a Oltra.

Una vía para la reflexión

El alcalde fue quien abrió la vía interna de la reflexión cuando el único discurso que emanaba de la coalición era el de aguantar como fuera las embestidas y cerrar filas con la vicepresidenta con el relato de que lo ocurrido era únicamente una cacería de la extrema derecha. Ribó fue quien lanzó públicamente la idea de que la coalición se enfrentaba a dos decisiones, una de tipo personal, que tenía que tomar Oltra, y otra colectiva, la que afectaba políticamente a toda la coalición.

Así se rompió el discurso hasta entonces monolítico que animaba también una línea del relato, la del ataque a la Justicia, que empezaba a ser complicada de sostener y que no acababa de gustar a todos. Esa vía que abrió Ribó es la que permitió también al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, sumarse a la petición de reflexión colectiva y añadir que la crisis política tenía que resolverse con rapidez, en pocos días, en un momento en que la situación de la vicepresidenta concitaba el foco de los medios nacionales.

Ribó volvió después a plantear la necesidad de una reflexión en el acto del sábado en el viejo cauce, apenas tres días antes de que se produjera la salida de Oltra. El alcalde fue también de los primeros en conocer la dimisión, que se hizo oficial después de una comida el martes con el resto de portavoces y la vicepresidenta.

Capital político para 2023

Por todo ello, en la coalición dan por hecho que Ribó será de nuevo el candidato de Compromís a la alcaldía de València porque perder ese capital político iría en detrimento de las opciones no solo de Compromís sino de toda la izquierda valenciana.

El resultado en la ciudad es clave para la reedición del pacto autonómico porque un mal resultado en la capital complicaría mucho las opciones de mantener la Generalitat. El alcalde ha anunciado que dará a conocer su decisión en septiembre para evitar que se le pregunte constantemente. Pero en la coalición dan por descontado que será un sí, es decir que Ribó volverá a presentarse a las elecciones. El alcalde ya ha dicho públicamente que donde esté seguirá trabajando por el proyecto de Compromís.

Ribó se ha recuperado de un problema de salud que le aquejaba y en los últimos tiempos ha aumentado la frecuencia de actos públicos en los barrios de la capital, los más recientes en Benimaclet y en Malilla.

Se ha señalado como posibles sustitutos, en caso de que diera un paso al lado, al vicealcalde, Sergi Campillo, o a la síndica, Papi Robles, pero los números de Ribó son muy potentes. Logró 106.430 en las municipales de 2019 y su porcentaje de apoyo llegó al 27,5% cuando el que la coalición obtuvo en toda la autonomía fue del 16,8 % diez puntos menos. El alcalde de València logró el doble de apoyos que la coalición en las municipales que se situó en el 14%.