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Barreras físicas

"Tengo que avisar dos horas antes para que coloquen una rampa de acceso al tren"

Varias jóvenes denuncian la falta de adaptación de algunas vías y andenes. -Cermi dice que el plan de accesibilidad recoge todas las mejoras a ejecutar y FGV confirma que están a la espera de licitaciones

Belén Hueso, una joven en silla de ruedas que denuncia falta de accesibilidad en las estaciones del metro Fernando Bustamante

Belén Hueso tiene que recurrir a taxis o pedir a sus familiares que le acerquen a las sesiones de rehabilitación a las que acude cada dos meses en Moncada. Va en silla de ruedas y vive en Alboraia y, aunque podría ir en metro como hace todos los días para llegar al trabajo (ya que las estaciones son nuevas y están totalmente adaptadas para que ella, en silla de ruedas eléctrica pueda moverse con libertad), tiene que buscar alternativas para ese trayecto porque los andenes de las estaciones de destino no están adaptados y es para ella una odisea bajar del tren sin riesgo a caerse.

Por eso, Belén busca alternativas como coger un taxi o depender de sus familiares. Tiene 27 años, trabaja, estudia, es una adulta y quiere tener las mismas oportunidades y derechos que cualquier otra persona. Que los servicios públicos se adapten también a ella. "Sino, ¿para qué pago un billete? soy una ciudadana más".

A pesar de que el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) de la Comunitat Valenciana y Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) trabajan conjuntamente a través de una comisión de accesibilidad en el que tienen escrita una hoja de ruta para garantizar la accesibilidad universal en todas las instalaciones públicas, «la burocracia y las licitaciones» se alargan en el tiempo y no todas las medidas se han materializado aún, dice Luis Vañó, presidente de Cermi CV. Algo que sí se plasma en las nuevas líneas, que son totalmente accesibles

Llamar con dos horas de antelación

Algo que denuncia también Anna Ortiz, una joven de Alginet que cada vez que va a coger el tren tiene que llamar por teléfono "con dos horas de antelación" y avisar a qué hora se subirá y dónde se bajará. La razón: ha de acudir personal de otras estaciones a ponerle una chapa que le dé acceso al vagón.

A la espera de las licitaciones

La Comisión de Accesibilidad de FGV en la que, entre otras asociaciones, participa el Cermi CV confirma a este periódico que "todos los proyectos para adaptar todas las estaciones en red ya están hechos (en subterráneo están todas adaptadas menos en Bailén)". El siguiente paso, apuntan, sería sacar a licitación los proyectos. "Esperamos sacar los primeros lo antes posible. Los hemos redactado de forma que sean lo más ágil posible", aseguran a este periódico.

"Cada vez que cojo el metro en Alginet tengo que llamar dos horas antes para solicitar una plataforma y decir cuál es el origen y el destino", cuenta. Sabe cuando sale pero la vuelta es más flexible por lo que, la mayoría de veces, ha de buscar en el vagón a alguna persona que baje en su misma estación y la ayude a bajarse del tren. Más allá de tener que hacer el esfuerzo de planificar al milímetro su trayecto y comunicarlo, su experiencia de hace 20 días fue la gota que colmó el vaso y lo que le motivó a formalizar una queja, por la que todavía no ha recibido respuesta.

Anna reclamó porque a pesar de haber avisado de que iba a coger el metro y a pesar de que su trayecto duraba 45 minutos hasta Aragón, su estación de destino, nadie la avisó de que el ascensor estaba roto, por lo que al bajar del tren se encontró que no podía salir de la estación. Llamó al interfono de Metrovalencia y le sugirieron volver a subirse al transporte y bajar en la próxima parada. "Lo que provocó que llegara media hora tarde a mi sesión de fisioterapia y perdiera media hora de tratamiento". Por eso, pidió el abono de la mitad de la sesión. Una petición todavía sin respuesta.

Autonomía y libertad de movimiento

Ortiz pide que se adapten todas las estaciones, incluida la de Alginet, algo que desde Cermi CV aseguran que está acordado y en proceso de ejecución. "Quiero igualdad de condiciones y medios de transporte que fomenten la independencia de los usuarios, sea cual sea su condición física. Yo no puedo coger el metro cuando quiera", dice. Además, cree que tendría que haber "un teléfono específico para este tipo de solicitudes si no hay dinero para adaptar todas las estaciones" pues, "cuando llamo para solicitar la instalación de la rampa, las líneas están muchas veces colapsadas, lo que te retrasa todavía más".

Cermi apremia a cualquier persona a trasladar sus quejas

El presidente de Cermi CV, Luis Vañó, explica a este periódico que la comisión de accesibilidad del comité que aglutina a entidades de personas con discapacidad y Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana trabajan conjuntamente para hacer realidad una accesibilidad universal a todos los niveles y en todas las instalaciones de transporte público. Con todo, apunta a que la burocracia «no deja tenerlo todo tan pronto como querríamos». Con todo, apremia a cualquier persona a trasladar sus quejas o sugerencias para mejorar el servicio. «Hemos mejorado muchísimo, pero todo se puede mejorar más».

"No quiero depender de llamar por teléfono, quiero tener libertad de movimiento", sentencia. Belén Hueso coincide y pide que se modernicen todas las estaciones y trenes que todavía no estén adaptados para personas con discapacidad. "O pides ayuda o te aguantas. Una vez me descuidé de bajar en Alboraia y dije 'me espero a la siguiente' pero cada estación que pasaba veía el escalón más y más alto. Al final bajé como pude, de espaldas, tres paradas después. Menos mal que no volqué".

"No quiero depender de llamar por teléfono, quiero tener libertad de movimiento"

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Autonomía y libertad de movimiento es lo que piden ambas. Hueso denuncia que está cansada de denunciar las injusticias que vive en el día a día pero hay que hacerlo. "Mucha gente deja de quejarse. Se calla y ya está, pero no puede ser que llegues a una parada pensando que el ascensor funciona y te encuentres que no, tengas que volver a subir al tren y bajar en otra estación, lo que retrasa tu marcha diaria y es un desgaste mental por estar continuamente luchando para tener igualdad de oportunidades".

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