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El Gobierno pone al escudo del Parc del Túria como referente contra los incendios

Transición Ecológica incluye en su Estrategia Nacional contra la Desertificación el proyecto Guardian que protege el bosque metropolitano

Cañones de agua saneada y tratada antiincendios en el Parc Natural del Túria. | GERMÁN CABALLERO

El mayor escudo de Europa frente al fuego erigido en la Vallesa, y que blinda el Parc Natural del Túria, ha sido considerado por el Gobierno como ejemplo para combatir la erosión del suelo. El Ministerio para la Transición Ecológica ha incluido en su Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación el Guardian, un proyecto que aúna innovación, economía circular y conciencia ambiental. «El tiempo de la extinción se acaba, no podremos controlar los grandes fuegos y hay que ir a la prevención», señala el ingeniero forestal Ferran Dalmau.

El también director de Medi XXI GSA, empresa artífice del Guardian, celebra que el departamento que dirige Teresa Ribera haya reconocido esta apuesta público-privada de la ingeniería valenciana como una «buena práctica». «Las políticas de mitigación y de adaptación frente al cambio climático deberían formar parte obligada de la agenda pública», comenta. Especialmente en una zona como la mediterránea abocada a la aridez por el estrés hídrico. «El desierto avanza de sur a norte cuatro kilómetro cada año», recuerda Dalmau.

Evitar desastres naturales

La colaboración de las empresas Hidraqua y Cetaqua, junto a la financiación de la Unión Europea, y la Universitat de València y la Politècnica, permitió sacar adelante la iniciativa de los ayuntamientos de Riba-roja de Túria y Paterna. Todo para evitar desastres naturales en la interfaz urbano-forestal, con el despliegue de 6.500 metros de conducciones y la construcción de cinco depósitos con 2.370 metros cúbicos de capacidad para reutilizar el agua de la depuradora Túria II.

«El Guardian demuestra que el agua de las depuradoras es un recurso valiosísimo», explica Dalmau, para recordar la importancia de los riegos prescritos para restar material combustible al monte. Algo que el ministerio resalta «como una estrategia de gestión innovadora a través de diferentes medidas preventivas, que tienen por objetivo mejorar el estado hídrico del sistema».

Como reitera Dalmau, la defensa de las urbanizaciones o incluso del caso urbano, como es el caso del último incendio en Caudiel, son inversiones prioritarias. Punto en el que subraya que los montes están cargados de energía entre otros aspectos por el abandono de las prácticas agrícolas y la ganadería extensiva, así como la despoblación. Factor este último íntimamente ligado al peligroso estado de las masas forestales.

Eventos extremos

«Europa se encuentra en un nuevo contexto de incendios forestales como consecuencia del cambio climático, con un riesgo creciente de ocurrencia de eventos extremos con daños potencialmente fatales, en especial en las zonas donde convergen los usos forestal y residencial, esto es, las interfaces urbano forestal», destaca el ministerio en su nueva planificación, aprobada este mismo mes de junio. Y apunta a la gestión integrada como la más adecuada para adaptarse al nuevo contexto climático. La prevención, preparación, respuesta, impacto y restauración posincendio, «son de suma importancia» .

El proyecto Guardian, remarca la ficha incluida por el ministerio, «aporta diferentes medidas preventivas como la sustitución de especies y posterior creación de barreras verdes, tratamientos de clareo o sistemas de riego adaptados en ubicaciones estratégicas». «Se trata de una estrategia forestal adaptativa basada en la piroecohidrología», recoge el texto. Dalmau insiste en que la retirada de matorral bajo y el mantener la vegetación húmeda reduce el riesgo de fuego.

Un blindaje para 2.000 hectáreas y 15.000 residentes

Tres años y medio después de su gestación, la infraestructura del Guardian está considerada como la segunda más grande del mundo y contribuye a la preservación del principal pulmón verde metropolitano. Cuenta con 40 torres fijas Sideinfo y otros elementos móviles, con una red de sensores que monitorizan el bosque en tiempo real.Algo que permite aumentar la resiliencia de 2.000 hectáreas y garantizar la seguridad de más de 15.000 residentes.

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