La tasa turística llegará al pleno de las Corts la próxima semana y el resultado de la votación es todavía una incógnita. A falta de siete días, todos los grupos parlamentarios ya han manifestado cuál será el botón que pulsarán cuando se debata la toma en consideración de la ley que prevé impulsar el impuesto a las pernoctaciones turísticas. Todos excepto el PSPV. Sus votos son decisivos para que se apruebe o decaiga la medida, lo que hace que toda la presión recaiga sobre ellos.

"No hay cambios respecto a ayer (el martes)", explicó la síndica de los socialistas, Ana Barceló, en los pasillos de las Corts durante el pleno. Fue ella la que abrió la puerta un día antes a no votar a favor de una medida que lleva la firma de los tres grupos que sostienen al Consell. Ni sí ni no es la respuesta que da el PSPV sobre qué harán el próximo jueves y emplazan a una reunión con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias como voz de los ayuntamientos para resolver la incógnita, un encuentro en el que estará también Compromís y Unides Podem.

Si el objetivo es buscar el centro, misión conseguida. Las dudas les ha colocado en la zona cero de todas las presiones, con el Botànic tirando de un lado y la derecha de otro. El problema es que llegará un momento, y la cuenta atrás ya está en marcha, en el que tras los argumentos de uno y otro lado los socialistas tomarán una decisión que será la que decante la balanza y que tras la incertidumbre evidenciará más si cabe su postura.

De momento, sus socios aseguraron estar "tranquilos" porque la aprobación de la tasa turística se trata de un acuerdo firmado y apelaron a la estabilidad del Botànic. No obstante, en sus declaraciones, a la calma señalada se le añade tensión y cierta tirantez ante el desmarque de los socialistas. "La experiencia nos demuestra que siempre llegamos a acuerdos y tenemos la tranquilidad de un acuerdo cerrado para que salga adelante", señaló la síndica de Compromís, Papi Robles, intentando restar dramatismo a las dudas que del PSPV sobre la medida.

Sin embargo, en Unides Podem sí que incrementaron la presión sobre los de Puig. "Estamos esperando una explicación", indicó el responsable de Turismo del grupo, Ferran Martínez. El diputado podemista insistió que la fórmula en la que había aterrizado finalmente la tasa turística en las Corts es una "propuesta del PSPV". Que llegue como ley, para que sea un impuesto municipal, voluntario para los ayuntamientos y con una moratoria hasta 2024 "es una propuesta del PSPV". "Lo que se requiere es coherencia y estabilidad", señaló.

Por el otro lado, la oposición, que siempre se manifestó en contra de establecer un gravamen a las pernoctaciones turísticas, ha visto en las dudas del PSPV una forma para apuntarse un tanto, atraerlo a su negativa y señalar al Consell como un gobierno dividido. "Tenemos que saber cuál es la postura real del PSPV", espetó la portavoz parlamentaria del PPCV, María José Catalá, quien indicó que si los socialistas "tienen la oportunidad de marcar perfil propio" respecto a sus socios y que lo contrario sería "una deslealtad con el sector".

"El PSPV toma muchas medidas que son inacertadas y se deja llevar por sus socios, la tasa es un error, pero siempre hemos instado a que recapacite", expresó por su parte la síndica de Ciudadanos, Ruth Merino, quien mostró su alegría por la "rectificación" de los socialistas. "Votar en contra es una buena decisión", remarcó la portavoz de la formación naranja en la cámara autonómica.

Y, mientras tanto, en el PSPV justifican que no se trata de una contradicción, que el contexto bélico en Ucrania ha cambiado la situación económica y que de momento no se ha tomado ninguna decisión ya que se encuentran en un "periodo de reflexión y escucha". "No hay ninguna crisis, en un gobierno de coalición hay diferencias y no se rompe nada", añadió Barceló quien apeló a no hacer especulaciones ni dejarse llevar por el ruido. Sin embargo, si algo resuena, es la presión ante las dudas de qué botón pulsar.