Hace apenas un año que los pudimos empezar a comprar sin receta en las farmacias pero en estos 12 meses los test de autodiagnóstico de covid-19 se han convertido en elemento imprescindible en cada casa. Así fue el pasado invierno como forma de ir "tranquilos" a la cena de Navidad, lo fue durante la sexta ola de enero y febrero y lo están siendo este verano, con el repunte de la séptima ola que está volviendo a llenar los hospitales.

Así lo confirman los datos nacionales de demanda de este producto que han facilitado desde la cooperativa de distribución de medicamentos Cofares. Según la empresa, la demanda de estos test de antígenos se ha disparado un 119 % en los primeros cuatro días del mes de julio y solo con respecto a junio, mes en el que con el aumento de casos entre la población, la venta de test ya se había disparado.

Así lo confirman también farmacéuticos valencianos consultados por este diario que aseguran que el efecto de la séptima ola ya lleva días notándose en los mostradores de las boticas. "A finales de la semana pasada, en dos días llegamos a vender fácilmente entre 70 y 80 test", explica M. Carmen Valdés, que trabaja en una farmacia de Meliana.

Según explica, el aumento ha sido "algo increíble" y ahora la dinámica de compra no es a llevarse solo un test, sino "muchos a la vez. Tenemos que ir pidiendo reposición porque se acaba pronto el estoc", explica. Cabe recordar que desde enero de este año, el precio de cada test está fijado por el Gobierno a 2.94 euros. Sobre el perfil de las personas que lo compran, M. Carmen asegura que son personas de todas las edades " y que en muchas ocasiones es su segundo o tercera infección por coronavirus".

En su farmacia siguen ayudando a los clientes a hacerse los test si así lo desean pero, en contra de lo que se hacía en la sexta ola, desde la farmacia ya no se notifican estos positivos a la administración. De hecho, ahora, y con la estrategia del Ministerio de Sanidad de "gripalizar" la covid, no hay datos reales de incidencia del virus entre la población, solo entre mayores de 60 años.

Subida de ventas en mayo y en junio

El repunte también lo están notando, y de manera importante en otras boticas como la de Juan Torres, en pleno barrio de Ruzafa de la capital valenciana. Según su experiencia en estos días, en junio "hemos dispensado casi los mismos que en febrero", mes en el que se estaba de bajada de la sexta ola que supuso una explosión de casi 790.000 positivos desde diciembre hasta marzo aunque con un impacto contenido en hospitales gracias a la generalización de la vacuna.

Desde ese mes de febrero, la venta de test había seguido el mismo camino que el de las infecciones, de bajada. De hecho, según Torres, abril fue el mes "más bajo de ventas" pero desde mayo, cuando se registraron los primeros repuntes de infecciones "vamos en ascenso. En junio llegamos a casi los mismos que en febrero pero aún no llegamos a niveles de diciembre o enero, que fueron los meses con más dispensaciones de tests", explica.