El incendio forestal declarado el pasado domingo por la tarde en Venta del Moro (València) no se dará por estabilizado mientras haya puntos calientes. Durante la pasada noche se han detectado, a través de un dron con una cámara de infrarrojos, los puntos calientes y aquellas circunstancias que en un momento determinado podrían reactivar el incendio. Así lo confirmaba ayer la consellera de Justicia, Interior y Administración Pública.

Bravo, que precisaba que no hay llama desde las 18.00 horas del pasado martes, afirmó que el fuego no ha afectado al paraje de las Hoces del Cabriel y que únicamente ha quemado un 3% del parque natural. Asimismo, ha manifestado que las hectáreas afectadas siguen siendo las mismas: 1.400, de modo que «no ha afectado a mayor masa forestal». Se trata del «parque natural más grande de la Comunitat Valenciana. Tiene un volumen de unas 31.000 hectáreas y estamos hablando de unas mil y algo del parque natural. No ha afectado a lo que es la zona de más alta protección de las Hoces», añadió.

La responsable autonómica señaló además que un total de 160 efectivos trabajan en la zona y que 300 permanecen activados por si fueran necesarios. Ayer se reunió en el Puesto de Mando Avanzado (PMA) habilitado en la zona del incendio con el secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Ángel; el director general de Interior de la Generalitat, Salvador Almenar; y los responsables de los medios de extinción para conocer la última hora de la evolución del incendio.

Evolución favorable

Tras el encuentro, Gabriela Bravo indicó que «el incendio sigue evolucionando favorablemente». «A lo largo de la noche han estado trabajando los drones. Se han realizado distintas actuaciones para controlar la situación, sobre todo, detectar los puntos calientes que era lo más importante para evitar que se activara de nuevo el fuego», exponía Bravo.

Igualmente, detallaba que «a lo largo de toda la mañana se estuvo refrescando la zona» y apuntaba que se «tienen controlados cuáles son los puntos calientes». La consellera aseveró que se iba a retirar una de las secciones de la Unidad Militar de Emergencia (UME), pero precisó que en la zona «van a permanecer un total de 60 militares» teniendo en cuenta se esperaban aún rachas fuertes de viento.

«Es muy importante seguir trabajando, tanto en los medios terrestres refrescando todos los puntos calientes como la labor de vigilancia por parte de los medios aéreos», declaró. Bravo añadió que habrá uno de estos últimos «sobrevolando la zona y realizando todas las inspecciones necesarias para detectar algún foco». «Si se reactiva el incendio, hay que ponerse en marcha y actuar de forma inmediata», incidía.