«Si el ciudadano no es consciente de que ha de cambiar algunos hábitos no podremos avanzar hacia un modo de vida más sostenible». Así lo apuntaba Alejandro Ramón, concejal de Emergencia Climática y Transición Energética del Ayuntamiento de València. La capital valenciana es una de las ciudades elegidas por Bruselas para avanzar en la meta de la descarbonización fijada en la Agenda 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050. Ramón apelaba, en ese sentido, a la necesidad de implicar a la sociedad en esa transición verde.

Ramón, eso sí, alertaba sobre la urgencia en la transformación de las urbes. «Hay que hacerlo de manera acelerada porque llevamos un retraso de veinte años y el cambio climático no es algo que vendrá, está aquí», incidía en el encuentro Objetivos de Desarrollo Sostenible centrado en el ODS 13 Acción por el Clima patrocinado por Caixa Popular y Facsa, empresa del Grupo Gimeno especializada en la gestión del ciclo integral del agua. El debate, que tuvo lugar en el Club Levante El Mercantil Valenciano, estuvo moderado por Silvia Tomás, directora de Relaciones Institucionales de Prensa Ibérica en València. «Hay que ponerse las pilas y las placas», bromeaba Ramón.

Zonas inhabitables

Adrià Caballero, técnico de Responsabilidad Social Corporativa de Caixa Popular, coincidía en la idea de que se está «muy lejos» de alcanzar los objetivos marcados por los Acuerdos de París y las directrices europeas. Admitía en su intervención que era «pesimista» pues ya hay zonas del planeta «inhabitables» por los efectos del cambio climático. Como ejemplo citaba un país como India, donde en algunos puntos ya se han alcanzado los 50 º C. 

Criticaba también Caballero el greenwashing que muchas empresas «utilizan como fachada» y apelaba sobre todo a la responsabilidad de las grandes corporaciones. «Esto es una cuestión de alianzas entre la política, la ciudadanía y el mundo empresarial», apuntaba. «Es el único camino», remarcaba el pasado martes.

Juan Medina, embajador del Pacto Europeo por el Clima y concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Transición Ecológica y Cambio Climático de Quart de Poblet, incidía en que para avanzar en las directrices europeas «se necesitan políticas valientes». «El crecimiento económico no puede ser ya a base de la explotación de recursos naturales, la transición ha de ser justa para que nadie se quede atrás», razonaba. «Los humanos somos los que hemos cambiado el clima y lo vamos a sufrir, hay que difundir y ser conscientes de eso», manifestaba.

Pepa Crespo, directora de Comunicación de Bioparc, mientras, se agarraba a un mensaje positivo para señalar que nunca se había movilizado tanta gente. «Los jóvenes lo tienen claro, se trabaja globalmente pero se actúa localmente», señalaba Crespo, quien apuntaba a que desde Bioparc se busca «despertar un sentimiento de protección del medio ambiente, pero sobre todo de actuación». 

Educación ambiental

Jorge Cavero, director del Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (Cerai) coincidía con Caballero en que se está «lejos de cumplir la agenda 2030». En la Comunitat Valenciana el Cerai lleva cabo actividades de sensibilización y educación para la ciudadanía. «Defendemos un mundo rural vivo, recampesinizado y una alimentación sostenible. Somos una entidad social que plantea su trabajo desde la acción local-internacionalista, ejercida como una responsabilidad colectiva para garantizar el cumplimiento de los derechos universales, especialmente de las comunidades rurales», recordaba. 

«Hay que tomar medidas drásticas, la corresponsabilidad no se está cumpliendo, debemos asumir el reto conjunto de cambio», insistía. Cavero ponía el dedo en la llaga además al recordar que el 1 % de la población mundial produce más impacto que el 50 %. Así, hacía «un llamamiento a la solidaridad y a la responsabilidad de los que más tienen».

Lentitud administrativa

Alejandro Ramón, por su parte, admitía la lentitud de muchos trámites administrativos por cuestiones garantistas pero aseguraba que el Ayuntamiento de València ha tratado de agilizar muchas actuaciones. Ponía como ejemplo de buen funcionamiento, y pionero, la Oficina de la Energía «uno de los servicios más demandados y famosos» puestos en marcha por el consistorio para ayudar a los vecinos en sus facturas de luz y gas. «Hemos rebajado no solo los importes, sino que hemos logrado reducir el consumo, las emisiones y el precio», señalaba. 

Ponía otro ejemplo de las iniciativas municipales para dar el salto a las energías renovables, la instalación de placas solares en los techos de los cementerios municipales capaces de generar 2,8 megavatios. Una apuesta que convertirá a València en la ciudad de España con más producción solar en el ámbito urbano.

Caixa Popular ha ido dando pasos agigantados hacia la sostenibilidad, de ahí que tienen previsto neutralizar su huella de carbono entre 2024 y 2025. Caballero diferenciaba entre las exigencias que se han de reclamar a las pequeñas y medianas empresas y a las multinacionales. «Es injusto comparar pero hay que ir hacia una economía que no sea destructiva», subrayaba. Muchos están haciendo un lavado de cara y están vaciando de sentido la palabra sostenibilidad», repetía. «Nosotros damos dinero a las empresas y vamos a recompensar aquellas iniciativas que contribuyen a la sostenibilidad, facilitándoles el cambio», incidía.

Silvia Tomás, Alejandro Ramón, Adrià Caballero, Juan Medina, Pepa Crespo y Jorge Cavero. Fernando Bustamante

Cambiar el diseño de las urbes

La necesidad de cambiar el diseño de las urbes transformándolas en espacios más confortables y adaptados, apostando por drenajes más sostenibles, por la renaturalización de espacios como es el caso del nuevo cauce del Túria fueron algunos de los temas en los que coincidieron los contertulios. El bosque metropolitano entre València y Quart de Poblet era uno de los ejemplos que señalaba Juan Medina como prioritario.

Si el embajador del Pacto Europeo por el Clima reiteraba la necesidad de combatir el discurso negacionista, Pepa Crespo, directora de Comunicación de Bioparc, recordaba que en este enclave situado  «actuamos en los momentos de ocio para concienciar». «Llevamos años en guerra con la naturaleza y vamos a perderla, no podemos seguir con el modelo actual, los científicos son los que tienen la voz», alertaba.

En la era del Antropoceno

Crespo aportaba el dato que da la Organización de Naciones Unidas de que 150 especies se extinguen cada día en el planeta. «Estamos en la era del Antropoceno, hace 50 años ya se sabía de esto por eso en el Bioparc hacemos acciones directas de concienciar y sensibilizar a través del ocio», afirmaba. «A la sociedad no se la puede culpar, tenemos la llave pero no es nuestra culpa pero sí exigir los cambios necesarios», reiteraba. Los ponentes convergían en una idea: «Si no cambiamos el modelo no hay futuro, humildemente cada uno ha de ver dónde actuar». Jorge Cavero interpelaba en esa línea a la «valentía de los políticos». «Quitémonos los miedos», animaba a la mesa.

'Acercar l’Albufera a la gente es una forma de concienciar sobre el territorio'

Adrià Caballero colocaba como ejemplo de trabajo por el territorio la defensa de enclaves naturales tan emblemáticos como el lago de l’Albufera. «Una de las iniciativas de Caixa Popular, en colaboración con Acció Ecologista Agró, es la organización de visitas al Tancat de la Pipa especialmente de gente que en otras circunstancias no podría ir», comentaba. Se refería a colectivos con dificultades de movilidad o alguna discapacidad pero también aquellos en riesgo de exclusión social.

«No hace falta ir al Amazonas, tenemos mucho que curar en el territorio», señalaba. «El cambio lo estamos haciendo aquí, no hace falta irse a la otra parte del mundo», incidía el técnico de Responsabilidad Social Corporativa de la entidad financiera valenciana. «El lago de l’Albufera ha de seguir siendo ese elemento representativo, algo que muy pocas ciudades tienen prácticamente al lado», apuntaba. 

Caballero recalcaba ese doble frente de la inclusión social y el compromiso ecológico, además de la preservación de los usos tradicionales del Parc Natural como son los arrozales, la pesca y el turismo que lleva aparejado el espacio natural protegido.

Si en algo coincidían todos los ponentes era en abandonar el término «decrecimiento». «Debemos hablar de un crecimiento lógico, no como de un hecho traumático», según Caballero, a lo que Juan Medina respondía que la emergencia climática «es un desafío urgente que se ha de ver como una oportunidad». «Tenemos diez años para actuar», concluía en alusión a la Agenda 2030.

Jorge Cavero, por su parte, invitaba a llevar «una vida más pausada, más próxima». «Tenemos una deuda con el mundo rural», insistía. «Hay que plantearse un cambio de valores, porque no podemos seguir como hasta ahora», comentaba.