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"Siento mucho descanso y tengo muchas ganas de acabar con esto"

Se estima que hay depositados un centenar de cuerpos

Las familiares de dos de los fusilados que están enterrados en el cementerio de Llíria, donde se están llevando a cabo las exhumaciones. | L-EMV

La segunda fase de los trabajos de exhumación de los cuerpos fusilados y enterrados en fosas comunes en el cementerio de Llíria ha dado como resultado la localización de seis víctimas de la represión franquista, de los 100 cuerpos que se estima se encuentran enterrados en este lugar.

Así lo concretó ayer la técnica arqueóloga Inés Blay Gil, quien detalló que cuatro de los cuerpos exhumados se encontraban en ataúdes y todos ellos «presentaban signos evidentes de violencia, como fracturas perimortem o proyectiles asociados». «Estos ataúdes nos hacen pensar que no se trate de una fosa común, sino de fosas individuales, por lo que es posible que en el momento de enterrar los cuerpos algunos familiares llegaran a tiempo de rescatar a las víctimas y enterrarlo aparte», explicó.

El acto tuvo lugar en presencia de varios de los familiares de las personas fusiladas y enterradas allí como Vicenta Ruiz García, nieta de Vicente Ruiz Cristal, un vecino de la Pobla de Vallbona que fue fusilado en este cementerio el 3 de junio de 1939. Sabe «de toda la vida» que su abuelo está enterrado en Llíria, pero ayer estaba especialmente emocionada y con «mucha esperanza de que todo vaya adelante y se pueda sacar a las personas y darles una sepultura digna». «Siento mucho descanso y tengo muchísimas ganas de acabar con esto», destacó.

«Siento mucho descanso y tengo muchas ganas de acabar con esto»

Lucía Zaragozá, hija del soldado republicano Vicente Zaragozá, lamentó que conoció «muy poco» a su padre porque solo tenía dos años cuando fue fusilado. Sin embargo, sí recuerda toda la «época del silencio» de la posguerra cuando «no se podía decir nada y si hablabas, mal».

Por su parte, María Ortiz Madrid, hija del vecino de Pilar de la Horadada Ginés Ortiz Sánchez que también fue fusilado en el cementerio de Llíria, viajó desde Murcia con su hija, su yerno y su hijo para asistir al acto. «Aunque sea mayor y me vaya a morir mañana, si yo no puedo recoger sus restos, que los recojan mis hijos», declaró «llena de mucha emoción», y contó que su madre «murió sin saber dónde estaba» su marido.

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